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1 de febrero de 2010

Tipos de suplementos para perder peso: algunos consejos y alternativas

Los suplementos dietéticos para perder peso son una industria muy fuerte, son enormes las cantidades de dinero que gana y todo por una cosa: perder peso o quitar grasa, que viene a ser lo mismo. De entrada decir que ni todo es tan bueno como se dice ni tampoco es nocivo para la salud, suplementos para perder peso hay muchos, los podemos agrupar en los siguientes y ver qué características tiene cada uno y consejos de uso:

Diuréticos

Estimulan la función renal haciendo que eliminemos más agua y residuos del organismo. Lo que se vende como ayuda para perder peso en realidad debería llamarse ayuda para disminuir la retención de líquidos. El peso que perdamos con este tipo de suplementos será a base de agua, que si tenemos un exceso nos vendrá estupendamente, pero de no ser así, la recuperaremos con el agua de la bebida y los alimentos.

El ingrediente principal de estos suplementos suele ser la cola de caballo, alcachofa, ortiga o diente de león y podemos encontrarlos en infusiones, pastillas o cápsulas. Aqui surge la pregunta: ¿para qué comprar pastillas si puedo encontrar estos mismos efectos en ciertos alimentos?, naturalmente siempre es más fácil que te lo den todo hecho, pero a cambio de un precio más caro, mucho más caro.

colacaballo

Los diuréticos, como cualquier sustancia que interfiera en el funcionamientos de nuestro organismo, no están exentos de efectos secundarios, y un mal uso de estos suplementos pueden originar un desequilibrio hidroelectrolítico que desembocará en deshidratación, debilidad o malestar. Aunque no suelen ocasionar problemas, siempre es conveniente consultar a nuestro médico para que estudie el caso.

Saciantes

El fundamento de los suplementos saciantes es el contener fibra soluble e insoluble, que provocan una sensación de saciedad que hace que disminuya nuestro apetito y consecuentemente ingiramos menos calorías.

La fibra soluble se recomienda tomarla antes de la comida con un vaso de agua, esto forma una especie de gelatina que disminuye el tiempo de vaciamiento gástrico, lo que provoca la sensación de saciedad. La fibra insoluble en cambio aumenta el tamaño de las heces, evitando que se abosrba una mayor cantidad de calorías. Ambos tipos de fibra aumentan el tránsito intestinal. Este tipo de suplementos suelen ser pastillas, polvos o cápsulas.

Problemas de un mal uso o abuso: se pueden dar problemas digestivos y lo más importante, de mala absorción, que estarán limitando los nutrientes (no sólo calóricos) que se absorben. Nutrientes tan importantes como las vitaminas y minerales pueden verse comprometidos en nuestra dieta si abusamos de este tipo de sustancias. Ojo también a si estás tomando fármacos, se puede producir interacciones.

Cumplir la simple regla de 5 raciones de fruta y verdura al día y tomar algún cereal integral asegura el aporte de fibra diaria. Se aconseja tomar unos 20-30 gramos de fibra al día distribuida en proporción 3/1 entre fibra insoluble y soluble.

Laxantes

Los laxantes son suplementos que estimulan el tránsito intestinal facilitando la evacuación. Son un arma de doble filo, porque lo que se puede considerar como una ayuda al estreñimiento puede acabar en diarreas constantes y bastante molestas e insanas.

Sustancias como el glucomanano, semillas de lino, cáscara sagrada o frángula son los suplementos dietéticos más habituales. No sé exactamente de donde viene su atribución adelgazante, supongo que a mayor velocidad de evacuación, menos nutrientes se absorben y por tanto menos calorías para el cuerpo, pero si no hay caso de estreñimiento, su uso carece de sentido, no vamos a perder una cantidad de calorías significativas, y si lo hacemos, será acosta de sufrir molestas diarreas.

En ocasiones con aumentar la cantidad de fibra en la dieta (frutas y verduras), es suficiente para solucionar el estreñimientos, no obstante, siempre es mejor consultar al médico antes de embarcarse en el peligroso mundo de los laxantes.

Sustitutivos de la comida

Aunque hay muchos suplementos que hacen las veces de una comida sana y baja en calorías con una correcta distribución de nutrientes, estos sustitutivos son insuficientes para una comida fuerte como el almuerzo. Son más bien una manera equilibrada de picar que será eficaz siempre que lo conjuguemos con una dieta supervisada y bien llevada.

Se suelen presentar como apetecibles bocados con sabor pero pocas calorías. Es un error pensar que comiendo este tipo de sustitutivos adelgazaremos, el cuerpo necesita algo más de energía al día. Recordemos que lo importante en una dieta de adelgazamiento no es qué comamos, sino cuánto comamos.

Suplementos quemagrasas

Estos son los que suelen tener más éxito, presentándose bajo el slogan: “pierda grasa tomando una pastilla”. La base de su fundamento es quemar mayor o más fácilmente la grasa acumulada o evitar la absorción de la grasa en el intestino.

Quemar la grasa acumulada con L-Carnitina es algo que todavía no se ha demostrado científicamente, en algunas personas parece tener cierto efecto quemagrasa, pero siempre acompañado de un buen programa de actividad física. No nos engañemos, el cuerpo no se va a poner a quemar kilos y kilos de grasa por sólo tomar una pastilla.

La opción de evitar la absorción intestinal de grasa es similar a la de los laxantes, puede provocar diarreas (en este caso, esteatorrea) y si no se absorbe grasa, consecuentemente no se absorberán las vitaminas y nutrientes liposolubles, provocando carencias graves.

Solución: no comer tanta grasa y hacer más ejercicio, que es la base de toda dieta adelgazante y que puede suplir al mejor de los productos vistos anteriormente.

Conclusión

Tomar suplementos para perder peso puede ser útil, pero siempre que vaya acompañado de un buen programa de ejercicio físico y una dieta sana y equilibrada. Tomar los suplementos y esperar en el sillón a que hagan algo es tirar el dinero y alterar el normal funcionamiento del organismo.

Como hemos ido repitiendo, es conveniente consultar al médico sobre este tipo de suplementos antes de tomarlos, puede que por nuestras características o historial médico no sea la mejor opción. Igualmente el médico puede recetarnos fármacos más adecuados y efectivos si la situación lo requiere.