Conocer el impacto que tiene sobre nuestro cuerpo una actividad es fundamental para saber si es o no apta y saludable para nosotros, por eso, te mostramos algunos ejemplos y de qué se trata el impacto de una actividad física.
El nivel de impacto hace referencia al choque de nuestros pies sobre determinada superficie y al golpe que reciben nuestros músculos y huesos durante una actividad, por ende, determinaría la agresividad de una actividad.
Conocer el nivel de impacto de las actividades nos ayudará a adaptarla a nuestras necesidades y objetivos, ya que si tenemos osteoporosis y queremos proteger los huesos y articulaciones, será mejor escoger actividades de bajo impacto, como así también será oportuna esta elección si estamos rehabilitándonos tras una cirugía de rodilla.
Entre las actividades de bajo impacto encontramos la bicicleta, la máquina elíptica, caminar, nadar, aquagym en general, yoga, pilates, remo y todas aquellas actividades no aeróbicas como stretching o levantamiento de pesas.
Éstas actividades de bajo impacto se caracterizan por mantener la mayor parte del tiempo el pie apoyado en el piso o determinada superficie y por no golpear los mismos repetidas veces, por ejemplo, al caminar estamos haciendo una actividad de bajo impacto, pero al correr, el impacto es notablemente superior.
Entre las actividades de alto impacto, las cuales deberíamos evitar si tenemos sobrepeso o queremos proteger las articulaciones, encontramos correr, saltar, subir escaleras, step y clases que incluyan muchos movimientos y/o saltos, por ejemplo, aerobox.
Conocer éstas diferencias en cuanto al nivel de impacto es esencial si queremos lograr un entrenamiento seguro y saludable para nuestro organismo, por ello, deberíamos considerar siempre las condiciones de nuestros huesos, nuestro estado físico y peso corporal, como así también, el nivel de impacto de la actividad a realizar.
Por Gabriela Gottau para FitnessOnline.com.ar
El nivel de impacto hace referencia al choque de nuestros pies sobre determinada superficie y al golpe que reciben nuestros músculos y huesos durante una actividad, por ende, determinaría la agresividad de una actividad.
Conocer el nivel de impacto de las actividades nos ayudará a adaptarla a nuestras necesidades y objetivos, ya que si tenemos osteoporosis y queremos proteger los huesos y articulaciones, será mejor escoger actividades de bajo impacto, como así también será oportuna esta elección si estamos rehabilitándonos tras una cirugía de rodilla.
Entre las actividades de bajo impacto encontramos la bicicleta, la máquina elíptica, caminar, nadar, aquagym en general, yoga, pilates, remo y todas aquellas actividades no aeróbicas como stretching o levantamiento de pesas.
Éstas actividades de bajo impacto se caracterizan por mantener la mayor parte del tiempo el pie apoyado en el piso o determinada superficie y por no golpear los mismos repetidas veces, por ejemplo, al caminar estamos haciendo una actividad de bajo impacto, pero al correr, el impacto es notablemente superior.
Entre las actividades de alto impacto, las cuales deberíamos evitar si tenemos sobrepeso o queremos proteger las articulaciones, encontramos correr, saltar, subir escaleras, step y clases que incluyan muchos movimientos y/o saltos, por ejemplo, aerobox.
Conocer éstas diferencias en cuanto al nivel de impacto es esencial si queremos lograr un entrenamiento seguro y saludable para nuestro organismo, por ello, deberíamos considerar siempre las condiciones de nuestros huesos, nuestro estado físico y peso corporal, como así también, el nivel de impacto de la actividad a realizar.
Por Gabriela Gottau para FitnessOnline.com.ar