Si tienes agujetas por el entrenamiento de ayer, puede que sientas la tentación de dar un respiro a los músculos. Pues no lo hagas: el ejercicio de baja intensidad en los días de descanso mejora la capacidad de recuperación. Un entrenamiento suave acelera la recuperación y alivia las agujetas al incrementar el flujo de nutrientes a los músculos, y este mayor flujo ayuda a reparar los tejidos.
El ejercicio adicional también puede aumentar el nivel general de fuerza y mejorar la condición física, lo que te permitirá coger más peso y aguantar más cuando hagas máquinas. No obstante, para estas sesiones no es necesario que acudas a un gimnasio. Basta con que dediques 20 minutos a cualquier actividad de cuerpo entero como por ejemplo caminar, ir en bicicleta o hacer ejercicios de calistenia.