El modo más rápido de mejorar el aspecto físico consiste en perder un poco de grasa. ¿Queréis que vuestros músculos parezcan más grandes? Perded grasa. ¿ Queréis una cintura más estrecha? Perded grasa. Nos ofrecen tantos métodos y tantas soluciones que la elección del camino adecuado puede resultar de lo más frustrante. Sin embargo, la eliminación de los kilos de más se basa en unos principios muy sencillos. La grasa se acumula en el organismo porque se ingieren más calorías de las que se queman: ni más ni menos, y sin excepciones; ni siquiera para los culturistas.
Se engorda porque se come en exceso o porque no se hace el ejercicio suficiente, o, en la mayoría de los casos, por una combinación de ambos factores. Los kilos de más no aparecen de repente, sino como resultado del abuso continuado de la idea de por una patatita no pasa nada.
Los culturistas no son inmunes a ese fenómeno. Algunos viven en una fase de volumen perpetua y lucen casi todo el año un abdomen cubierto por una capa de tejido adiposo más gruesa de lo preciso. Sus reservas de grasas superan el 10%; incluso llegan hasta el 12% o el 15%. Si deseáis romper con esa tendencia y poneros en forma, olvidaos de las sofisticadas técnicas lipolíticas concentraros en tres principios básicos. El secreto no se encuentra en ninguna hierba exótica, sino en la fuerza de voluntad, que os ayudará a adquirir y mantener esos tres sencillos hábitos.
1. EL MEJOR AMIGO DE LOS CULTURISTAS
Andar es el mejor amigo de los culturistas. No nos referimos a desplazarse desde el sofá hasta el microondas, sino a caminar con ritmo vivo al aire libre o en una cinta. Se trata de la actividad aeróbica perfecta para esos deportistas porque quema grasa sin tocar el tamaño muscular, a diferencia de lo que ocurre cuando se corre. Los resultados tardan más en aparecer, pero, como contrapartida, mantiene intacto el valioso tejido muscular. Hay dos puntos importantes que debemos tener presentes cuando nos planteamos perder grasa. Primero, correr puede reducir el tamaño de los músculos (¿os habéis fijado en el físico de los fondistas?). Segundo, cuando se sigue una dieta como único recurso para librarse del exceso de peso, también se suele perder masa muscular.
Andar no tiene tantos efectos negativos en los músculos como correr o hacer dieta. Si os marcáis un plazo aceptable, obtendréis buenos resultados. Procurad realizad tres o cuatro sesiones semanales de entre 30 y 60 minutos a paso rápido. Si es posible, alargadlas ligeramente los fines de semana. Si subís pendientes, quemaréis aún más calorías. Animad a vuestra pareja y haced de esas caminatas una actividad con la que ambos disfrutéis y os pongáis en forma.
2. UNA DIETA RICA EN FIBRA
Andar constituye una estrategia excelente para perder grasa, pero podéis potenciar sus efectos introduciendo un sencillo cambio en vuestra alimentación: tomad más fibra. Casi con toda seguridad, no ingerís la cantidad suficiente. La mayoría de las personas no consume ni la mitad de la que los expertos en nutrición consideran necesaria para gozar de un buen estado de salud. Numerosos culturistas se preocupan de tomar grandes cantidades de claras de huevos, atún y batidos de proteínas, pero no entre los 20 y los 40 gramos diarios de fibra recomendados para garantizar un correcto funcionamiento del organismo. Pero la fibra posee propiedades adicionales. De hecho, se trata de una ayuda magnífica para perder grasa. En este sentido, destacan, por una parte, su capacidad para bloquear la absorción de la grasa y, por otra, su escaso aporte energético. Si sustituís los productos ricos en calorías (azúcares y diversos tipos de grasas) por alimentos fibrosos, aceleraréis la pérdida de grasa. Algunos de ellos tienen incluso un valor calórico casi nulo como consecuencia de la acción térmica del proceso digestivo. Además, los expertos en nutrición señalan que la fibra retrasa el vaciado gástrico, lo que proporciona una sensación de saciedad que ayuda a evitar tentaciones y excesos calóricos que puedan transformarse en grasa corporal.
¿Cómo podemos aumentar la fibra de la dieta? Tomando más frutas y verduras, y sin pelar, porque la piel contiene el mayor porcentaje de fibra. También encontraremos este componente en las judías, el arroz y productos más asociados al ocio, como las pipas y las palomitas de maíz (sin aceite, sal, ni mantequilla, eso sí).
3. SIN PRISA, PERO SIN PAUSA
En la tercera y última pauta ?paciencia y constancia? radica el auténtico secreto del éxito de cualquier programa de eliminación de grasa. Según las autoridades sanitarias estadounidenses, casi todas las personas que se someten a dietas de choque acaban recuperando más peso del que pierden. Si os fijáis un plazo muy breve para alcanzar vuestro objetivo, fracasaréis. La única manera de perder siete kilos al instante es cortarse la cabeza. No hagáis caso de la publicidad: la grasa no desaparece como por arte de magia. De hecho, los expertos en nutrición sostienen que lo mejor es bajar entre medio kilo y un kilo a la semana.
Existen dos razones para ello:
1. Cuando se adelgaza poco a poco, resulta más fácil mantenerse.
2. Por lo general, los regímenes excesivamente rápidos y radicales se llevan consigo porcentaje sustancial de masa muscular.
Ya sabéis que las prisas son malas consejeras, así que tranquilos. Lo conseguiréis. Puede que no obtengáis resultados a la misma velocidad que aquellos que prefieren seguir las dietas radicales de a moda o dejarse las piernas en el asfalto, pero cuando aparezcan estaréis mucho mejor (sin ese aspecto enjuto que caracteriza quienes incurren en ese tipo de excesos temporales) y de forma permanente.
Para perder grasa, no necesitáis técnicas ni hierbas milagrosas. Bastan tres pautas muy sencillas: andar con regularidad, tomar más fibra en lugar de azúcares y grasas malas (las trans) y ser constante. Con ellas, no sólo os libraréis de los kilos de más, sino que protegeréis la masa muscular.
Via: fisicoculturismototal
Se engorda porque se come en exceso o porque no se hace el ejercicio suficiente, o, en la mayoría de los casos, por una combinación de ambos factores. Los kilos de más no aparecen de repente, sino como resultado del abuso continuado de la idea de por una patatita no pasa nada.
Los culturistas no son inmunes a ese fenómeno. Algunos viven en una fase de volumen perpetua y lucen casi todo el año un abdomen cubierto por una capa de tejido adiposo más gruesa de lo preciso. Sus reservas de grasas superan el 10%; incluso llegan hasta el 12% o el 15%. Si deseáis romper con esa tendencia y poneros en forma, olvidaos de las sofisticadas técnicas lipolíticas concentraros en tres principios básicos. El secreto no se encuentra en ninguna hierba exótica, sino en la fuerza de voluntad, que os ayudará a adquirir y mantener esos tres sencillos hábitos.
1. EL MEJOR AMIGO DE LOS CULTURISTAS
Andar es el mejor amigo de los culturistas. No nos referimos a desplazarse desde el sofá hasta el microondas, sino a caminar con ritmo vivo al aire libre o en una cinta. Se trata de la actividad aeróbica perfecta para esos deportistas porque quema grasa sin tocar el tamaño muscular, a diferencia de lo que ocurre cuando se corre. Los resultados tardan más en aparecer, pero, como contrapartida, mantiene intacto el valioso tejido muscular. Hay dos puntos importantes que debemos tener presentes cuando nos planteamos perder grasa. Primero, correr puede reducir el tamaño de los músculos (¿os habéis fijado en el físico de los fondistas?). Segundo, cuando se sigue una dieta como único recurso para librarse del exceso de peso, también se suele perder masa muscular.
Andar no tiene tantos efectos negativos en los músculos como correr o hacer dieta. Si os marcáis un plazo aceptable, obtendréis buenos resultados. Procurad realizad tres o cuatro sesiones semanales de entre 30 y 60 minutos a paso rápido. Si es posible, alargadlas ligeramente los fines de semana. Si subís pendientes, quemaréis aún más calorías. Animad a vuestra pareja y haced de esas caminatas una actividad con la que ambos disfrutéis y os pongáis en forma.
2. UNA DIETA RICA EN FIBRA
Andar constituye una estrategia excelente para perder grasa, pero podéis potenciar sus efectos introduciendo un sencillo cambio en vuestra alimentación: tomad más fibra. Casi con toda seguridad, no ingerís la cantidad suficiente. La mayoría de las personas no consume ni la mitad de la que los expertos en nutrición consideran necesaria para gozar de un buen estado de salud. Numerosos culturistas se preocupan de tomar grandes cantidades de claras de huevos, atún y batidos de proteínas, pero no entre los 20 y los 40 gramos diarios de fibra recomendados para garantizar un correcto funcionamiento del organismo. Pero la fibra posee propiedades adicionales. De hecho, se trata de una ayuda magnífica para perder grasa. En este sentido, destacan, por una parte, su capacidad para bloquear la absorción de la grasa y, por otra, su escaso aporte energético. Si sustituís los productos ricos en calorías (azúcares y diversos tipos de grasas) por alimentos fibrosos, aceleraréis la pérdida de grasa. Algunos de ellos tienen incluso un valor calórico casi nulo como consecuencia de la acción térmica del proceso digestivo. Además, los expertos en nutrición señalan que la fibra retrasa el vaciado gástrico, lo que proporciona una sensación de saciedad que ayuda a evitar tentaciones y excesos calóricos que puedan transformarse en grasa corporal.
¿Cómo podemos aumentar la fibra de la dieta? Tomando más frutas y verduras, y sin pelar, porque la piel contiene el mayor porcentaje de fibra. También encontraremos este componente en las judías, el arroz y productos más asociados al ocio, como las pipas y las palomitas de maíz (sin aceite, sal, ni mantequilla, eso sí).
3. SIN PRISA, PERO SIN PAUSA
En la tercera y última pauta ?paciencia y constancia? radica el auténtico secreto del éxito de cualquier programa de eliminación de grasa. Según las autoridades sanitarias estadounidenses, casi todas las personas que se someten a dietas de choque acaban recuperando más peso del que pierden. Si os fijáis un plazo muy breve para alcanzar vuestro objetivo, fracasaréis. La única manera de perder siete kilos al instante es cortarse la cabeza. No hagáis caso de la publicidad: la grasa no desaparece como por arte de magia. De hecho, los expertos en nutrición sostienen que lo mejor es bajar entre medio kilo y un kilo a la semana.
Existen dos razones para ello:
1. Cuando se adelgaza poco a poco, resulta más fácil mantenerse.
2. Por lo general, los regímenes excesivamente rápidos y radicales se llevan consigo porcentaje sustancial de masa muscular.
Ya sabéis que las prisas son malas consejeras, así que tranquilos. Lo conseguiréis. Puede que no obtengáis resultados a la misma velocidad que aquellos que prefieren seguir las dietas radicales de a moda o dejarse las piernas en el asfalto, pero cuando aparezcan estaréis mucho mejor (sin ese aspecto enjuto que caracteriza quienes incurren en ese tipo de excesos temporales) y de forma permanente.
Para perder grasa, no necesitáis técnicas ni hierbas milagrosas. Bastan tres pautas muy sencillas: andar con regularidad, tomar más fibra en lugar de azúcares y grasas malas (las trans) y ser constante. Con ellas, no sólo os libraréis de los kilos de más, sino que protegeréis la masa muscular.
Via: fisicoculturismototal