Así como el agarre en supinación o en pronación condiciona los músculos trabajados, colocar los pies en diferentes posiciones constituye una variante para determinados ejercicios que contribuyen a modificar la intensidad o la zona involucrada.
Un ejemplo muy común de la influencia de los pies es en los ejercicios de gemelos, ya que si levantamos los talones y éstos se encuentran juntos y las puntas de los pies separados, se trabajará más el gemelo interno, mientras que si los talones están hacia afuera y las puntas de los pies más juntos, se involucrará más la parte externa de los gemelos.
Es decir, colocar los pies de determinadas formas, condiciona el resultado final del ejercicio e involucra más a una zona que a otra.
En el caso de las sentadillas, también influye la posición de los pies, siendo una postura neutral colocar los pies del ancho de las caderas. Si juntamos más los pies, es más difícil mantener la estabilidad y por ende, la intensidad es superior. Asimismo, los pies más juntos exigen mayor flexibilidad a la cadera y al tendón de Aquiles, mientras que con los pies más separados, se implican más los abductores y se puede manejar más peso, pero trabajan menos los cuadriceps.
Por otro lado, al realizar curl de femorales en máquina, también se puede influir de manera distinta con la posición de los pies, ya que con los pies hacia adentro se involucra más la zona medial de este grupo muscular, mientras que con los pies hacia afuera se trabaja más la porción lateral de los femorales.
Entonces, sencillos cambios en la posición de los pies permiten mayor diversidad a los ejercicios y trabajar de manera integral las diferentes partes del cuerpo. Por eso, siempre es recomendable variar los ejercicios para conseguir un trabajo más completo, así como la forma en que realizamos los mismos.
Por Gabriela Gottau para FitnessOnline.com.ar