El primer consejo para este tipo de situaciones es simple: llevar siempre una botella grande de agua y no dejar de hidratarnos cada 5-10 minutos, sobre todo si observamos que el sudor no deja de caer por nuestra cabeza. No importa que no tengamos sed, si perdemos líquido habrá que reponerlo.
Otra opción es buscar las zonas más frescas del gimnasio para hacer nuestra rutina, sobre todo en las máquinas aeróbicas, que es donde más calor se acumula. Encontrar un sitio debajo de un ventilador o cerca del aparato de aire puede hacer más agradable nuestro entrenamiento.
La ropa también es un punto importante. Una camiseta con buena transpiración y que no acumule sudor nos salvará de acabar empapados y dejar un charco de sudor allá donde vayamos.
Para mi este tema sigue siendo algo pendiente para la mayor parte de gimnasios, sobre todo en las zonas de clases colectivas, donde el ambiente en ocasiones es irrespirable. Techos altos o buenos sistemas de ventilación son indicativos para saber si nos asaremos en un gimnasio o podremos entrenar cómodamente.
Via: vitonica