Hay épocas en las que a uno le toca viajar más, unas veces por trabajo y otras por placer, pero siempre que puedo aprovecho esos viajes para conocer nuevos gimnasios. Generalmente pago mi entrada de un día y allí me pongo a entrenar, ves, miras, cotilleas, pruebas las máquinas y ves a la gente. Luego, a la que puedes, te acercas al monitor preguntándole por algún ejercicio o cualquier cosa y empiezas una conversación. No ha habido ningún monitor de todos con los que he hablado del que no haya aprendido nada. A decir verdad ha habido alguno del que he aprendido exactamente lo que no se tiene que hacer, pero está claro que son una minoría, hay gente muy buena trabajando en los gimnasios.
Y por muchos gimnasios a los que vaya, siempre hay algo que nunca falla, sobre todo en la hora punta, y es un grupo de chicos hablando, o mejor dicho, discutiendo, sobre fitness, sobre los ejercicios, sobre comida, sobre el cardio, o si “ese tirillas no se ha metido un ciclo ni de espagueti” como le oí decir a uno el otro día. Y en esas discusiones, que recuerdan un poco a las de fútbol, jamás nadie se baja del burro, si es que en el fitness como en el futbol, todos somos entrenadores nacionales.
Pero el que cree que lo sabe todo, cierra su mente a aprender más, por eso te recomiendo que escuches, que leas, que pruebes, y así nunca dejarás de aprender.