
A este y otros muchos beneficios se le vienen a sumar ahora el descubrimiento de unos investigadores británicos descubrieron que las personas que bebían dos tazones grandes de leche (440 ml cada uno) después de hacer pesas experimentaban menos daño muscular.
Al parecer, según declara Emma Cockburn, directora de la investigación, la proteína y los carbohidratos de la leche inhiben la destrucción de la proteína muscular y también podrían reducir la inflamación, lo que ayuda a recuperarse antes de la sesión de entrenamiento. El resultado: se pierde menos fuerza entre sesiones de pesas.
Via : personaltrainersamx