
Coged la barra con las manos por encima y separadas la distancia de los hombros y sostenedla con los brazos rectos. Levantad los hombros lo máximo posible, como si quisierais tocar con ellos las orejas. No podéis tirar con los brazos. Paraos un momento cuando la contracción sea mayor y volved al inicio con gran control.
Habéis completado la primera repetición en el camino hacia unos trapecios enormes. Lo malo es que todavía tenéis que realizar cientos de repeticiones antes de conseguirlo, así que poneos manos a la obra.