Habitualmente hemos destacado que las máquinas del gimnasio son la manera más cómoda de entrenar. De manera habitual las recomendamos para las personas que comienzan a entrenar en un gimnasio, ya que al realizar un movimiento guiado es casi siempre más sencillo para adquirir fuerza, destreza y control sobre las diferentes partes del cuerpo que vamos a trabajar. A pesar de todo existen algunos inconvenientes con las máquinas del gimnasio, y por ello vamos a ver algunos de ellos.
Antes de nada es necesario que sepamos que nunca debemos realizar un entrenamiento con posturas forzadas en las que el movimiento que vamos a realizar sea lo más natural posible, ya que esto lo que puede hacer es que padezcamos una lesión a fuerza de hacer mal un ejercicio o de que adquiramos vicios que se verán traducidos a malformaciones o daños en determinadas partes del cuerpo. Por ello es necesario que sepamos algunos de los inconvenientes que tiene el entrenamiento en máquinas.
Ajustabilidad de las máquinas
La mayoría de máquinas que encontramos en el gimnasio se adaptan a la perfección al cuerpo de las personas que las están utilizando. Las máquinas suelen tener diferentes palancas y reguladores que se adaptarán a la altura, las medidas y los diferentes aspectos de la persona que las va a utilizar. Es cierto que todas están preparadas para esto, pero aun así no deja de ser un movimiento inducido y guiado que puede o no acomodarse a nuestra movilidad natural.
Esta falta de adaptabilidad es muchos casos es la culpable de que muchas personas no puedan utilizar un determinado tipo de máquinas porque no les da la altura o porque alguna parte de su cuerpo no tiene una movilidad considerada como normal. A estas personas no se les ajusta de manera adecuada la máquina. Por lo que a la hora de realizar ese ejercicio lo que estarán haciendo es forzar la postura y con ella haciendo mal al cuerpo.
Punto a tener bajo control
Es fundamental que a la hora de utilizar una máquina en el gimnasio tengamos en cuenta varios puntos para saber si la máquina se adapta o no a las características de nuestro cuerpo. En primer lugar es importante que controlemos a la perfección los diferentes resortes para adaptar los componentes de la máquina al cuerpo. A la hora de adaptarlo es necesario que no pasemos por alto una serie de detalles.
Es necesario que si la máquina tiene un respaldo tengamos toda la espalda apoyada en este. Si la máquina tiene agarres es necesario que podamos asirnos a ellos con total normalidad simplemente estirando el brazo, no debemos realizar posturas ni giros que no son naturales y que harán que nos separemos del respaldo y pongamos en riesgo nuestra salud muscular. Lo mismo sucede con los pies, debemos ser capaces de colocarlos con total normalidad en los apoyaderos o los utensilios destinados a ellos, sin estirarlos del todo y mucho menos arqueando para ello la espalda por la parte lumbar.
Una vez tengamos todo esto presente es necesario que reparemos en el movimiento que debemos hacer para llevar a cabo el ejercicio, y es que éste debe ser cómodo y no implicar giros ni posturas arriesgadas. Debemos poder ejecutar a la perfección el movimiento sin que nos de ninguna molestia en otra parte del cuerpo, y sin que forcemos. Para ello lo que recomendamos es una vez adaptada la máquina y colocada a nuestras necesidades realizar una serie con muy poco carga a modo de calentamiento para adquirir el movimiento y saber si todo está correcto.
Antes de nada es necesario que sepamos que nunca debemos realizar un entrenamiento con posturas forzadas en las que el movimiento que vamos a realizar sea lo más natural posible, ya que esto lo que puede hacer es que padezcamos una lesión a fuerza de hacer mal un ejercicio o de que adquiramos vicios que se verán traducidos a malformaciones o daños en determinadas partes del cuerpo. Por ello es necesario que sepamos algunos de los inconvenientes que tiene el entrenamiento en máquinas.
Ajustabilidad de las máquinas
La mayoría de máquinas que encontramos en el gimnasio se adaptan a la perfección al cuerpo de las personas que las están utilizando. Las máquinas suelen tener diferentes palancas y reguladores que se adaptarán a la altura, las medidas y los diferentes aspectos de la persona que las va a utilizar. Es cierto que todas están preparadas para esto, pero aun así no deja de ser un movimiento inducido y guiado que puede o no acomodarse a nuestra movilidad natural.
Esta falta de adaptabilidad es muchos casos es la culpable de que muchas personas no puedan utilizar un determinado tipo de máquinas porque no les da la altura o porque alguna parte de su cuerpo no tiene una movilidad considerada como normal. A estas personas no se les ajusta de manera adecuada la máquina. Por lo que a la hora de realizar ese ejercicio lo que estarán haciendo es forzar la postura y con ella haciendo mal al cuerpo.
Punto a tener bajo control
Es fundamental que a la hora de utilizar una máquina en el gimnasio tengamos en cuenta varios puntos para saber si la máquina se adapta o no a las características de nuestro cuerpo. En primer lugar es importante que controlemos a la perfección los diferentes resortes para adaptar los componentes de la máquina al cuerpo. A la hora de adaptarlo es necesario que no pasemos por alto una serie de detalles.
Es necesario que si la máquina tiene un respaldo tengamos toda la espalda apoyada en este. Si la máquina tiene agarres es necesario que podamos asirnos a ellos con total normalidad simplemente estirando el brazo, no debemos realizar posturas ni giros que no son naturales y que harán que nos separemos del respaldo y pongamos en riesgo nuestra salud muscular. Lo mismo sucede con los pies, debemos ser capaces de colocarlos con total normalidad en los apoyaderos o los utensilios destinados a ellos, sin estirarlos del todo y mucho menos arqueando para ello la espalda por la parte lumbar.
Una vez tengamos todo esto presente es necesario que reparemos en el movimiento que debemos hacer para llevar a cabo el ejercicio, y es que éste debe ser cómodo y no implicar giros ni posturas arriesgadas. Debemos poder ejecutar a la perfección el movimiento sin que nos de ninguna molestia en otra parte del cuerpo, y sin que forcemos. Para ello lo que recomendamos es una vez adaptada la máquina y colocada a nuestras necesidades realizar una serie con muy poco carga a modo de calentamiento para adquirir el movimiento y saber si todo está correcto.