A media mañana podemos tomarnos una pieza de fruta, una tostada, galletas, cereales, barritas energéticas, zumos o una especie de segundo desayuno pero menos copioso. El caso es no dejar que nuestro cuerpo esté más de tres horas sin que le demos energía, cosa que nos agradecerá rindiendo más y evitando la fatiga prematura de media mañana.
Si eres deportista esta comida de media mañana es todavía más importante, ya que evita que vaciemos los depósitos de glucógeno, tan necesarios tenerlos a tope a la hora del entrenamiento. La importancia de realizar cinco comidas diarias reside en no hacer que el organismo tenga picos de energía, regulando mejor el metabolismo y distribuyendo la ingesta de calorías a lo largo del día.