Las grasas nos traen de cabeza a la mayoría de nosotros, y es que queremos comer sano a toda costa, y para ello debemos dejar de lado los alimentos ricos en grasa que ponen en serio peligro nuestra salud y el aspecto de nuestro cuerpo. Cuidar la alimentación es el paso más importante a la hora de limitar el consumo de grasas, por ello es necesario que tengamos en cuenta una serie de trucos al respecto que nos pueden servir a la hora de comer sano y con menos grasa.
Muchos de los alimentos que ingerimos día a día tienen un alto contenido en nutrientes, pero a veces esto está acompañado de altas dosis de grasas saturadas que no son nada beneficiosas para el organismo. Por este motivo es necesario que eliminemos parte de esas grasas. Alimentos como la carne tienen muchas veces altas concentraciones de grasa, de las cuales podemos eliminar la mayoría si antes de cocinarlo quitamos la grasa que se ve. Es cierto que ésta aporta sabor, pero nos resta en salud.
A la hora de preparar guisos o caldos muchas veces utilizamos alimentos grasos que añaden al plato una dosis extra de grasa saturada. Ésta también se puede eliminar simplemente utilizando un separador de salsas que actúa a modo de filtro y separa gran parte de la grasa del resto de los alimentos. Otra medida que podemos adoptar es la de una vez preparado el plato, meterlo en la nevera, de forma que la grasa se solidifique y podamos eliminarla del resto del plato. Algo similar podemos hacer, y es que enfriar el recipiente donde tenemos el caldo metiéndolo en agua fría o añadiéndole hielo hará que se solidifique la grasa y la podamos eliminar haciendo el plato mucho más saludable a nuestro organismo.
Cuando cocinamos podemos optar por diversas soluciones como la de eliminar freír los alimentos, que añadirá mas grasas a las ya existentes, así como cocer algunos alimentos para separar parte de la grasa que contienen, pues se quedará en el agua de la cocción y se eliminará del alimento. Si se trata de asar un alimento podemos hacerlo utilizando una rejilla que nos permitirá que pase el calor y la grasa que sobra se pierda por la acción de las altas temperaturas, pues acabara derritiéndose. Es cierto que con estas técnicas no se elimina toda la grasa por completo, pero gran parte de ellas desaparece de los alimentos, lo que los hará más ligeros y beneficiosos para la salud, aumentando así las propiedades del resto de nutrientes que nos aporta ese alimento.