Un ejemplo claro de esto es la idea que muchos tienen concebida de que partir los alimentos en pequeñas porciones engorda mucho menos que ingerirlos enteros. Esta creencia se confunde con otra cosa que nada tiene que ver con las calorías de los alimentos, y que es la digestión. Por este motivo queremos desmentir una creencia que durante años se ha seguido a rajatabla por muchas personas que quieren perder peso.
Esta idea no es que sea un mito en sí mismo, sino que se trata de un mito a medias, y es que el concepto está mal entendido por muchas personas. Los alimentos no van a reducir su aporte nutricional por partirlos, sino que lo que conseguimos es otra serie de efectos. Si partimos los alimentos en pequeñas porciones las calorías y las grasas que tanto nos preocupan a la hora de mantener la línea, se mantendrán intactas, por lo que esto no es una buena solución para ingerir alimentos ricos en estos nutrientes sin que el peso no lo sufra.
Eso sí, partir los alimentos en pequeñas porciones es una buena forma de mejorar la digestión de los mismos y agilizar la asimilación de estos, y con ello conseguir un aprovechamiento óptimo de los nutrientes. Al ingerir porciones más pequeñas de alimento lo masticamos mejor y lo ensalivamos muy bien, reduciendo mucho el tiempo que nuestro cuerpo tarda en hacer la digestión. Este fenómeno acelerará el metabolismo y conseguiremos quemar más calorías que si comemos los alimentos casi enteros y sin masticar.
No debemos pasar por alto que también comemos por la vista. La forma de presentar los alimentos tiene mucha importancia a la hora de ingerirlos. Si partimos los alimentos en pequeñas porciones nos parecerá que estamos ingiriendo más cantidad de alimento, cuando realmente comemos lo mismo. Además, al tardar más en masticar la sensación de saciedad es mayor, por lo que esto puede ser una buena forma de limitar lo que nos llevamos a la boca.
Via: personaltrainersamx