La propiocepción es la capacidad del organismo de ubicar las distintas partes del cuerpo, aún cuando no las estamos viendo. Por ello, entrenar esta capacidad puede reducir grandemente el riesgo de lesiones y contribuir a mejorar el entrenamiento.
Mediante conexiones nerviosas, el cerebro recibe información de la localización de cada músculo y articulación, pudiendo detectar de ésta forma, alguna posición riesgosa que puede provocar lesiones en el cuerpo.
Concretamente, la propiocepción es la capacidad que tenemos de conocer nuestra postura con los ojos cerrados y resulta fundamental su entrenamiento para que ante movimientos que puedan lesionarnos, el cuerpo responda en defensa propia.
Es decir, si entrenamos la propiocepción, ante un tobillo que se dobla el cuerpo intentará enderezarlo ligeramente y de forma adecuada para no producir un gesto de protección erróneo.
Entonces, el entrenamiento propioceptivo pretende mejorar la orientación, la postura, la coordinación, el equilibrio, el tiempo de reacción y la fuerza muscular, utilizando, generalmente, superficies inestables como el fitball, mini- trampolines, balones de diferentes tamaños, entre otros.
La propiocepción no sólo puede prevenir lesiones ante circunstancias inesperadas, sino que puede volver mas eficiente cada entrenamiento al posicionarnos correctamente y estabilizar el cuerpo entero.
Por Gabriela Gottau para FitnessOnline.com.ar
Mediante conexiones nerviosas, el cerebro recibe información de la localización de cada músculo y articulación, pudiendo detectar de ésta forma, alguna posición riesgosa que puede provocar lesiones en el cuerpo.
Concretamente, la propiocepción es la capacidad que tenemos de conocer nuestra postura con los ojos cerrados y resulta fundamental su entrenamiento para que ante movimientos que puedan lesionarnos, el cuerpo responda en defensa propia.
Es decir, si entrenamos la propiocepción, ante un tobillo que se dobla el cuerpo intentará enderezarlo ligeramente y de forma adecuada para no producir un gesto de protección erróneo.
Entonces, el entrenamiento propioceptivo pretende mejorar la orientación, la postura, la coordinación, el equilibrio, el tiempo de reacción y la fuerza muscular, utilizando, generalmente, superficies inestables como el fitball, mini- trampolines, balones de diferentes tamaños, entre otros.
La propiocepción no sólo puede prevenir lesiones ante circunstancias inesperadas, sino que puede volver mas eficiente cada entrenamiento al posicionarnos correctamente y estabilizar el cuerpo entero.
Por Gabriela Gottau para FitnessOnline.com.ar