Las dietas bajas en carbohidratos tienen efectos adversos en las arterias. Los regímenes basados en el consumo de grandes cantidades de proteínas como carne, pescado y queso y la restricción de hidratos de carbono presentes en el pan, la pasta, los cereales y los azúcares han sido muy populares en años recientes. Si bien es cierto que estas dietas son efectivas para reducir rápidamente el peso corporal, se conoce muy poco sobre sus efectos a largo plazo en el corazón y las arterias.
El nuevo estudio llevado a cabo en ratones publicado en la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences» (PNAS) encontró que esos hábitos alimenticios causan daños en las arterias. La investigación, dicen los expertos, demuestra que la mejor opción para una vida sana es alimentarse con una dieta balanceada. Los científicos del Centro Médico Diaconisa Beth Israel, en Boston, Estados Unidos, decidieron investigar el impacto en el sistema cardiovascular de las dietas bajas en carbohidratos tras escuchar informes de personas que habían sufrido infartos mientras se sometían a esos regímenes. Los investigadores dividieron a ratones en tres grupos alimentando a cada uno con una dieta diferente: la dieta estándar de ratones, una dieta occidental que era alta en grasas y una dieta baja en carbohidratos y alta en proteínas.
La dieta baja en carbohidratos, dicen los autores, no afectó los niveles de colesterol pero mostró una diferencia significativa en el impacto en la ateroesclerosis, la acumulación de depósitos de grasa en las paredes de las arterias, un trastorno que puede provocar infartos y derrames cerebrales. Después de doce semanas, los ratones que consumieron la dieta baja en carbohidratos habían bajado de peso pero desarrollaron 15 por ciento más ateroesclerosis que los animales que se alimentaron con la dieta normal de ratones. Entre los ratones de la dieta occidental se encontró un nueve por ciento más ateroesclerosis.
«Es muy difícil saber en los estudios clínicos cómo las dietas afectan la salud vascular» afirma el doctor Anthony Rosenzweig, quien dirigió la investigación. «Por lo tanto tendemos a confiar en las mediciones simples de marcadores como los del colesterol en la sangre, que hasta ahora han sido sorprendentemente positivos en los individuos en dietas bajas en carbohidratos y altas en proteínas, y que por lo normal pierden peso». «Pero nuestra investigación sugiere que, al menos en animales, estas dietas pueden estar teniendo efectos cardiovasculares adversos que no quedan reflejados en los simples marcadores de la sangre», expresa el investigador.
Efectos adversos
Los científicos no saben a qué se debe este efecto, pero se cree que las dietas bajas en carbohidratos podrían afectar la forma como las células de la médula ósea son capaces de limpiar de forma efectiva los depósitos de grasa en las arterias. «Poder entender los mecanismos responsables de estos efectos, así como los potenciales procesos reconstituyentes que puedan contrarrestar la enfermedad vascular, podrá eventualmente ayudar a los médicos a ofrecer el mejor tratamiento a sus pacientes» afirma el doctor Rosenzweig. «Este asunto es particularmente importante dada la creciente epidemia de obesidad y sus consecuencias adversas», agrega.
Según el doctor Rosenzweig los resultados del estudio le causaron tanta preocupación que incluso decidió él mismo suspender la dieta baja en carbohidratos a la que se estaba sometiendo. «Todo parece indicar que una dieta moderada y balanceada, combinada con ejercicio regular, es probablemente lo mejor para la mayoría de la gente» afirma el investigador. Los expertos afirman que todavía es muy pronto para aplicar estos resultados a los humanos, pero están de acuerdo en que el mejor consejo es seguir una dieta balanceada.
El nuevo estudio llevado a cabo en ratones publicado en la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences» (PNAS) encontró que esos hábitos alimenticios causan daños en las arterias. La investigación, dicen los expertos, demuestra que la mejor opción para una vida sana es alimentarse con una dieta balanceada. Los científicos del Centro Médico Diaconisa Beth Israel, en Boston, Estados Unidos, decidieron investigar el impacto en el sistema cardiovascular de las dietas bajas en carbohidratos tras escuchar informes de personas que habían sufrido infartos mientras se sometían a esos regímenes. Los investigadores dividieron a ratones en tres grupos alimentando a cada uno con una dieta diferente: la dieta estándar de ratones, una dieta occidental que era alta en grasas y una dieta baja en carbohidratos y alta en proteínas.
La dieta baja en carbohidratos, dicen los autores, no afectó los niveles de colesterol pero mostró una diferencia significativa en el impacto en la ateroesclerosis, la acumulación de depósitos de grasa en las paredes de las arterias, un trastorno que puede provocar infartos y derrames cerebrales. Después de doce semanas, los ratones que consumieron la dieta baja en carbohidratos habían bajado de peso pero desarrollaron 15 por ciento más ateroesclerosis que los animales que se alimentaron con la dieta normal de ratones. Entre los ratones de la dieta occidental se encontró un nueve por ciento más ateroesclerosis.
«Es muy difícil saber en los estudios clínicos cómo las dietas afectan la salud vascular» afirma el doctor Anthony Rosenzweig, quien dirigió la investigación. «Por lo tanto tendemos a confiar en las mediciones simples de marcadores como los del colesterol en la sangre, que hasta ahora han sido sorprendentemente positivos en los individuos en dietas bajas en carbohidratos y altas en proteínas, y que por lo normal pierden peso». «Pero nuestra investigación sugiere que, al menos en animales, estas dietas pueden estar teniendo efectos cardiovasculares adversos que no quedan reflejados en los simples marcadores de la sangre», expresa el investigador.
Efectos adversos
Los científicos no saben a qué se debe este efecto, pero se cree que las dietas bajas en carbohidratos podrían afectar la forma como las células de la médula ósea son capaces de limpiar de forma efectiva los depósitos de grasa en las arterias. «Poder entender los mecanismos responsables de estos efectos, así como los potenciales procesos reconstituyentes que puedan contrarrestar la enfermedad vascular, podrá eventualmente ayudar a los médicos a ofrecer el mejor tratamiento a sus pacientes» afirma el doctor Rosenzweig. «Este asunto es particularmente importante dada la creciente epidemia de obesidad y sus consecuencias adversas», agrega.
Según el doctor Rosenzweig los resultados del estudio le causaron tanta preocupación que incluso decidió él mismo suspender la dieta baja en carbohidratos a la que se estaba sometiendo. «Todo parece indicar que una dieta moderada y balanceada, combinada con ejercicio regular, es probablemente lo mejor para la mayoría de la gente» afirma el investigador. Los expertos afirman que todavía es muy pronto para aplicar estos resultados a los humanos, pero están de acuerdo en que el mejor consejo es seguir una dieta balanceada.