El calentamiento es una de las mejores maneras de prepararnos para la actividad que vamos a llevar a cabo. Comenzar a trabajar con el organismo frío no es nada recomendado ya que para empezar el corazón bombea entorno a cinco litros por minuto en reposo, mientras que puede llegar a los 25 litros por minuto cuando estamos practicando deporte. Para poder hacer frente a este cambio que sufre nuestro cuerpo, es necesario que los músculos y articulaciones estén preparados y calientes para entrar en acción.
Lo principal que conseguimos cuando calentamos es aumentar la temperatura del cuerpo mediante la ejecución de sencillos ejercicios realizados de forma lenta para que el cuerpo se vaya aclimatando a la nueva situación. Poco a poco iremos aumentando el riego sanguíneo ya que al entrar en acción los diferentes músculos del cuerpo, la demanda de oxígeno por parte de estos es mayor. Esta demanda conlleva un aceleramiento de la velocidad cardiaca y la respiratoria, preparándose así para el futuro esfuerzo que van a llevar a cabo.
El calentamiento desde luego que prepara al músculo para el ejercicio, ya que disminuye la viscosidad de éste, que es lo que vulgarmente se conoce como rozamiento muscular. Junto a esto nos servirá para conseguir una mayor flexibilidad muscular y de los tendones, haciendo que tengamos una movilidad superior a la hora de realizar los diferentes tipos de ejercicios que vamos a llevar a cabo después del calentamiento.
En definitiva, el calentamiento hace que preparemos al músculo para el esfuerzo, evitando así posibles lesiones y desgarros que acabarán con las sesiones de ejercicio y que nos producirán molestias que nos obligarán a dejar apartados los entrenamientos. Junto a esto el calentamiento ayudará a que aumente la respuesta nerviosa a la hora de ejecutar un ejercicio, lo mismo que sucede con nuestros reflejos, que se verán agudizados.
El calentamiento lo podemos dividir en ejercicio aeróbico, al que podemos dedicar entorno a 15 minutos a correr, andar en bici, subir escalones… de forma lenta y pausada para entrar en calor y no forzar en ningún momento a nuestro cuerpo, que debe aclimatarse poco a poco a las rutinas. El resto de tiempo, como unos 10 minutos los debemos emplear en realizar sencillos movimientos y estiramientos para así lograr acudir preparados para la rutina que vamos a ejecutar.
Via: vitonica