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10 de marzo de 2009

Entrenar en ayunas, ¿sí o no?

Hemos escuchado muchas veces la importancia de la alimentación como complemento de la actividad física que realizamos para obtener objetivos determinados.

Entrenar en ayunas ¿sí o no?

Para ayudarte a revelar la verdad, te contamos algunos de los procesos que ocurren en nuestro organismo dependiendo de la condición del mismo al momento del esfuerzo.

En primer lugar, si nos levantamos a la mañana y antes de comer algo, nos calzamos las zapatillas para salir a correr, nuestro cuerpo experimenta un estado de reposo, en el cual los procesos son más lentos y además, la glucemia se encuentra en niveles bajos, casi basales, por haber tenido el último aporte de nutrientes la noche anterior, es decir, unas 8 horas mínimas, previas al esfuerzo.

Entonces, someter al cuerpo a un entrenamiento puede significar, por un lado, una mayor utilización de grasas como fuente de energía, por lo que muchos afirman que es mejor ejercitarse sin haber comido previamente, o por otro lado, sufrir una hipoglucemia a causa de falta de sustratos. Lo que es peor, puede suceder que se inicia un proceso de catabolismo muscular por necesitar más energía de la que nuestro cuerpo dispone y recurrir a las proteínas como fuente de la misma.

Así, entrenar en ayunas se convierte en un arma de doble filo, ya que puede significar una quema de grasas superior, pero también puede resultar muy nocivo y comprometer la salud. Además, consideraciones adicionales pueden justificar que es mejor entrenar después de haber desayunado ya que, cuando nuestro cuerpo no tiene sustratos y por el contrario es sometido a un gasto calórico, el metabolismo asume que estamos en época de escasez y pone en marcha un "plan de ahorro".

Por lo que, cuando regresemos de correr y desayunemos, absorberá aún más los nutrientes que aportemos que si lo hacemos antes de salir a entrenar. Asimismo, el estado de necesidad que experimenta nuestro cuerpo puede llevarnos a comer más de lo que realmente requerimos cuando desayunamos después del esfuerzo.

Entonces, sólo queda en tus manos decidir ya que, en muchos casos, tampoco es bien recibido el entrenamiento después de comer y puede causar malestares digestivos. Eso sí, recuerda que si entrenas en ayunas no debes hacerlo a gran intensidad y por largas horas, porque así, de seguro comprometerás tu salud y pondrás en riesgo tu organismo.

En mi opinión, siempre es mejor entrenar con algo en el estómago, ya que el cuerpo cuenta con algún recurso para responder al esfuerzo y puede desempeñarse mejor y sin riesgos. No obstante, se trata de una decisión muy personal, pero antes de tomarla no puedes dejar de conocer sus pros y sus contras comentados anteriormente en este artículo.

Por Gabriela Gottau para FitnessOnline.com.ar