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12 de marzo de 2009

Entrenamiento óptimo biomecánicamente


Los gimnasios están poblados por todo tipo de deportistas que se entrenan con distintos objetivos, a veces muy dispares, pero todos unidos por un mismo medio: el trabajo muscular, puesto que todos saben que con el incremento de la fuerza se mejora el rendimiento físico general y eso resulta esencial en cualquier especialidad deportiva, desde las carreras de fondo hasta las de velocidad, pasando por cualquier disciplina en que intervengan los músculos y como podéis imaginaros ahí se incluyen prácticamente todos los deportes.

Es un hecho demostrado de forma científica que la mejora en la función muscular y el incremento de la fuerza contribuyen de manera muy significativa a un mejor rendimiento en toda actividad física, y que incluso la técnica propia de cada especialidad se beneficia del mayor acondicionamiento muscular. También merece ser subrayado que el ejercicio muscular constituye el mejor medio de protección articular y por consiguiente para evitar las lesiones, así como también es la terapia idónea para la rehabilitación de las mismas, o tratamiento postoperatorio y reeducativo funcional.

Por tanto, hoy todos los deportistas complementan sus entrenamientos específicos con las sesiones de gimnasio para prepararse al máximo de sus capacidades. En ese contexto, tanto si nos hallamos ante un culturista, un atleta del fitness, un jugador de fútbol americano o de baloncesto, todos ellos buscan los ejercicios más eficientes y que les ofrezcan los mejores resultados, pero existe el riesgo de elegir los menos idóneos y no sólo en términos de resultados, sino porque biomecánicamente pueden incluso llegar a ser peligrosos y con el tiempo llegar a provocar una lesión.

Buscar la comodidad en el esfuerzo

Hay un dicho popular que reza: No Pain no Gain, que significa que no hay progreso sin dolor y eso lo han abrazado como una consigna a respetar a rajatabla y por tanto aceptan que el dolor es sinónimo de progreso, cuando eso no sólo no es cierto, sino que puede ser peligroso.

Es necesario poner de relieve que nada justifica que para progresar muscularmente sea necesario sentir molestias o dolor. Es preciso saber discernir las lógicas molestias e incomodidad muscular propias del esfuerzo, así como derivadas de la acumulación de ácido láctico y otros derivados de la actividad intensa y repetitiva del músculo, del malestar que producen ciertos movimientos por la fricción articular, la excesiva o impropia tensión de ligamentos y tendones, y de la misma lesión fibrilar.

Se puede entrenar muy duro sin sentir más que la dificultad del peso y el cansancio propio de las repeticiones acumulativas, pero nada más. Es del todo insensato entrenarse a pesar del dolor y de las molestias articulares, porque además de no poder rendir al máximo estaréis exponiéndoos a sufrir una lesión.

Ejercicios biomecánicamente peligrosos

Como digo es un grave error buscar deliberadamente sentir dolor durante el entrenamiento, porque eso no significa en modo alguno que se esté en el camino recto, sino más bien al contrario.
Existen algunos ejercicios que son biomecánicamente peligrosos cuando se intenta realizarlos con cargas importantes.

Por ejemplo, las extensiones de piernas constituyen uno de los ejercicios más empleados por todo aquel que se entrena en el gimnasio y desea trabajar las piernas y no sólo es un movimiento magnífico para calentar las piernas, para esculpir los cuádriceps, recortar los muslos y darles buena forma, sino que es el idóneo para recuperar la rodilla después de una lesión. Sin embargo, si tratáis de mover mucho peso puede resultar tremendamente nocivo para la articulación.
En su búsqueda por mover mucho peso para desarrollar la musculatura, muchos eligen este ejercicio y lo realizan con todo el peso de la máquina y a veces hasta con carga adicional, sin saber que la estructura de la rodilla no está creada para soportar tanta tensión en esa posición en el aire, sin la intervención de otras estructuras de soporte, como sucede cuando el pie está apoyado en el suelo.

Por tanto, nunca hagáis menos de 12-15 repeticiones en las extensiones de piernas, para aseguraros que la carga no es excesiva. Existe otra regla biomecánica fundamental que dice que no se debe mover pesos elevados en cualquier movimiento en que las manos vayan por detrás del plano de la cara. Es decir, que siempre debéis tener visibles las manos.

Eso incluye movimientos tales como los jalones dorsales llevando la barra por detrás de la nuca, o bien el press de hombros con la barra por detrás de la cabeza, los encogimientos de hombros con la barra por detrás del cuerpo, etcétera.

¿Significa que esos movimientos no pueden incluirse en la rutina? Sí, si pueden incluirse, pero nunca debéis intentar mover mucho peso en ellos. En realidad, si queréis estar seguros del todo, yo os aconsejaría eludirlos, porque en cada caso existen muchos otros movimientos más seguros y todos tienen mejores alternativas para llegar a los músculos diana sin incurrir en ningún tipo de riesgo ni incomodidad articular.

Entrenad... pero seguros

Como veis, no hay ninguna necesidad de correr ningún tipo de riesgo para mejorar el rendimiento muscular, aumentar la fuerza y el tamaño de los músculos, para lograr por tanto un destacado volumen de los mismos o para ser más eficiente en la práctica de cualquier disciplina deportiva. Configurad vuestra rutina con ejercicios que permitan la estimulación de todos los músculos desde los planos más correctos anatómicamente, porque de esa forma no sólo eludiréis las lesiones que podrían poner fin a vuestras carreras deportivas, o cuanto menos retrasarlas, sino que además elevaréis vuestro confort durante el entrenamiento. Y creedme, no es necesario sufrir para progresar.

Por: Glen Brown