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12 de febrero de 2009

Musculatura de la espalda débil, el detonante de un desequilibrio corporal

Seguramente que en más de una ocasión hemos sufrido molestias en la espalda que nos han impedido una correcta movilidad en muchos casos. No siempre sucede así, pero la mayoría de las veces esto puede deberse a una musculatura de la espalda débil.

La mayoría de nosotros cuando entrena en el gimnasio suele hacer más hincapié en los músculos de la parte delantera del cuerpo, olvidando la parte de atrás, cuando realmente tiene que existir una armonía entre ambas para compensar la fuerza de una con la de la otra, y es que unos músculos desarrollados de la parte delantera del cuerpo, frente a una parte trasera poco desarrollada conseguirá que acabemos adoptando malas posturas que desembocarán en dolores y posibles lesiones.

A la hora de entrenar siempre tenemos que guardar una cierta armonía, nunca hay que trabajar una parte más que otra. La disculpa más habitual es que ya tenemos la espalda o las piernas muy desarrolladas, y que no hace falta entrenarlas, sino que debemos incidir más en otras partes que quizá tengamos menos desarrolladas por naturaleza. Pero esto es simplemente una creencia, ya que todas las partes del cuerpo llevan una relación y como tal deben trabajarse.

No debemos olvidar que el cuerpo es un todo global que se sustenta y apoya de otras partes, de nada sirve tener una zona muy desarrolla si el resto lo tenemos débil y no va a ser capaz de aguantar el empuje de esos músculos más desarrollados, y es que unas fibras más fuertes acabar por ejercer un empuje mayor y conseguirán vencer a las antagonistas menos desarrolladas, desplazando de esta manera los huesos y acabando por empeorar la postura con lo que ello conlleva de dolores y molestias.

Para evitar esto es importante trabajar la musculatura de la espalda y evitar que sea débil frente a la de la parte delantera de nuestro cuerpo. Para conseguir una armonía tenemos que saber correlacionar los diferentes grupos musculares antagónicos. El pectoral se entrenará con la misma intensidad que el dorsal para mantenerlo al mismo nivel y conseguir un equilibrio.

En el caso del hombro trabajaremos la cara delantera del deltoides y la trasera, junto al trapecio que son los que mantendrán unas cervicales protegidas frente al empuje delantero que ejerce el pectoral sobre las articulaciones del hombro y que son causa de muchas lesiones y molestias. La zona lumbar suele ser otra de las afectadas por este desequilibrio, ya que siempre entrenamos los abdominales pero esta parte apenas la tenemos en cuenta, para ello siempre hay que trabajar ambas zonas de forma conjunta.

Desde luego que el entrenamiento es importante para mantener un cuerpo fuerte y saludable, pero siempre hay que hacerlo pensando en que el equilibrio corporal es fundamental y que si entrenamos mal en vez de conseguir mejorar nuestra salud lo que podemos hacer es empeorarla y hasta lograr lesiones a causa del desequilibrio muscular.

Via: vitonica