Un desequilibrio en el desarrollo de los músculos o una descompensación muscular constituye un fuerte factor de riesgo de lesión. Su prevención y tratamiento resultan fundamentales si no queremos interrumpir el entrenamiento
La causa principal de las descompensaciones o desequilibrios musculares es la práctica inadecuada de algún ejercicio o el balance incorrecto entre los músculos trabajados durante el entrenamiento. Es decir, si a diario ejercitamos los abdominales y nunca trabajamos la zona lumbar, caeremos en una descompensación.
En primer lugar, debemos saber que existen músculos que tienden a tener más tono que otros de manera natural (músculos tónicos vs. músculos fásicos), al igual que el cuerpo de cada individuo siempre tiene un lado más desarrollado que el otro. En este sentido, es importante conocer nuestro cuerpo y detectar cuáles son los músculos más débiles ya que éstos serán los que deben trabajarse en primer lugar, para concentrar la energía en ellos.
Por otro lado, si un músculo ya se encuentra descompensado y experimentamos dolor en la zona del mismo, es importante comenzar a entrenarlo de manera gradual, sin cargas al principio y con una sobrecarga progresiva hasta fortalecerlo.
Para evitar que estos desequilibrios sucedan, siempre es importante trabajar ambos tipos de músculos, los “agonistas” y los “antagonistas”, trabajando primero uno para luego ejercitar el otro. Por ejemplo, bíceps y tríceps, o cuadriceps y femorales.
Además, nunca debemos olvidar porciones del cuerpo, sino que, aunque el tiempo no sea suficiente, es mejor dejar los abdominales para otro día y trabajar la zona lumbar. De lo contrario, los malestares pueden comenzar a notarse y con éstos, el riesgo de lesión.
Incluso, para evitar que una porción del cuerpo se desarrolle más que otra, es conveniente ejercitarlas por separado, ya que si hacemos curl de bíceps con barra, es probable que el lateral más fuerte trabaje más, quitando esfuerzo al brazo más débil y propiciando un desequilibrio en el desarrollo muscular.
Lo ideal es trabajar de manera planificada y alternada todas las partes del cuerpo, recordando que las descompensaciones musculares no son cosa menor, ya que pueden ser causa de una lesión que nos impida continuar el curso normal del entrenamiento.
Por eso, no olvides que todo el cuerpo necesita ejercitarse y que existen músculos, por naturaleza, más débiles, que requieren de una mayor atención.
De la mano de tu entrenador personal podrás diseñar una rutina segura que evite el riesgo de sufrir desequilibrios musculares y proteja cada parte de tu cuerpo.
Por Gabriela Gottau para FitnessOnline.com.ar
La causa principal de las descompensaciones o desequilibrios musculares es la práctica inadecuada de algún ejercicio o el balance incorrecto entre los músculos trabajados durante el entrenamiento. Es decir, si a diario ejercitamos los abdominales y nunca trabajamos la zona lumbar, caeremos en una descompensación.
En primer lugar, debemos saber que existen músculos que tienden a tener más tono que otros de manera natural (músculos tónicos vs. músculos fásicos), al igual que el cuerpo de cada individuo siempre tiene un lado más desarrollado que el otro. En este sentido, es importante conocer nuestro cuerpo y detectar cuáles son los músculos más débiles ya que éstos serán los que deben trabajarse en primer lugar, para concentrar la energía en ellos.
Por otro lado, si un músculo ya se encuentra descompensado y experimentamos dolor en la zona del mismo, es importante comenzar a entrenarlo de manera gradual, sin cargas al principio y con una sobrecarga progresiva hasta fortalecerlo.
Para evitar que estos desequilibrios sucedan, siempre es importante trabajar ambos tipos de músculos, los “agonistas” y los “antagonistas”, trabajando primero uno para luego ejercitar el otro. Por ejemplo, bíceps y tríceps, o cuadriceps y femorales.
Además, nunca debemos olvidar porciones del cuerpo, sino que, aunque el tiempo no sea suficiente, es mejor dejar los abdominales para otro día y trabajar la zona lumbar. De lo contrario, los malestares pueden comenzar a notarse y con éstos, el riesgo de lesión.
Incluso, para evitar que una porción del cuerpo se desarrolle más que otra, es conveniente ejercitarlas por separado, ya que si hacemos curl de bíceps con barra, es probable que el lateral más fuerte trabaje más, quitando esfuerzo al brazo más débil y propiciando un desequilibrio en el desarrollo muscular.
Lo ideal es trabajar de manera planificada y alternada todas las partes del cuerpo, recordando que las descompensaciones musculares no son cosa menor, ya que pueden ser causa de una lesión que nos impida continuar el curso normal del entrenamiento.
Por eso, no olvides que todo el cuerpo necesita ejercitarse y que existen músculos, por naturaleza, más débiles, que requieren de una mayor atención.
De la mano de tu entrenador personal podrás diseñar una rutina segura que evite el riesgo de sufrir desequilibrios musculares y proteja cada parte de tu cuerpo.
Por Gabriela Gottau para FitnessOnline.com.ar