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9 de enero de 2009

Las verduras también pueden ser muy calóricas

Las verduras siempre se consideran el alimento estrella en las dietas de adelgazamiento, pues cuando se consumen en su estado fresco contienen pocas calorías, gran porcentaje de agua y fibra y constituyen una excelente fuente de nutrientes.

Sin embargo, aunque las hortalizas son fuente de sustancias beneficiosas para el organismo y deben consumirse a diario, su método de cocción, así como los ingredientes que se adicionan para elaborar un plato a base de éstas, pueden convertir a las verduras en una fuente extra de calorías que, en lugar de colaborar con la pérdida de peso, acaben con nuestra dieta.

Es decir, como todos los alimentos, las verduras son necesarias, pues con su consumo obtenemos vitaminas, antioxidantes, fitonutrientes, fibra, agua, minerales y muchas más sustancias protectoras de la salud, pero las calorías escasas que éstas contienen en su estado fresco pueden incrementarse notablemente dependiendo de algunos factores.

Si a un puré de patatas solo le agregamos leche, podemos obtener un plato de 220 calorías por porción, en cambio, si además de la leche utilizamos mantequilla y queso de pasta dura, las calorías pueden incrementarse en un 50%.

Por otro lado, no es igual consumir unas berenjenas grilladas con aceite de oliva que consumir berenjenas fritas, pues este último método de cocción adiciona gran cantidad de calorías a expensas de las grasas.

Otro de los ejemplos más claros es el de las ensaladas, ya que todos creemos que comer solo ensalada puede ayudarnos a perder peso, pero debemos tener mucho cuidado con los ingredientes de la misma, ya que si a ésta adicionamos queso roquefort, salsa mayonesa, crutons o pan salteado y huevo, además de los aderezos típicos, incorporamos gran cantidad de calorías a un plato que puede ser notablemente hipocalórico.

No obstante, una ensalada completa, con pollo o atún, huevo y vegetales frescos, es una buena opción si la utilizamos como plato principal, pero si la ensalada antes descrita se consume como guarnición de otro plato, pues las calorías de la comida serán elevadas.

Por eso, como ocurre con todo, no debemos confiarnos del nombre que lleva el plato ni del ingrediente principal únicamente, ya que los adicionales, además de la hortaliza estrella, pueden jugar en contra de nuestro objetivo de perder peso.

Otro de los recursos es elaborar salsas y aderezos bajas calorías, a base de quesos desnatados, leche desnatada ligada con fécula sin aceite ni mantequilla agregada, tomates secos licuados u otras opciones que aligeran los platos notablemente con sólo reemplazar alimentos.

Via: vitonica