Estos extractos se vienen usando en oriente desde hace siglos y ahora empiezan a conocerse en occidente. Sus principales componentes bioactivos son los glucósidos flavonoides, las lactonas de terpeno y el ácido ginkgólico.
Recientemente se ha comprobado que los flavonoides del ginkgo biloba presentan un efecto positivo sobre el flujo sanguíneo cardíaco, lo cual es de gran interés, puesto que las enfermedades coronarias están a la cabeza en el índice de mortalidad en occidente. En este sentido, investigadores chinos acaban de publicar un trabajo que demuestra la mejora de la circulación en pacientes con enfermedad coronaria que tomaron extracto de ginkgo biloba. Los problemas de circulación en las arterias coronarias se deben normalmente al desequilibrio entre dos sustancias vasoactivas: el óxido nítrico, un vasodilatador, y la endotelina-1, un vasoconstrictor.
El desequilibrio entre estos dos factores causa desórdenes cardiovasculares e hipertensión y al parecer el extracto de ginkgo biloba podría actuar regulando los niveles de óxido nítrico y endotelina-1 en afectados de enfermedad arterial coronaria. A otros de sus componentes, los ginkgólidos del tipo B, se les atribuye la cualidad de evitar la agregación de las plaquetas, células que intervienen en la coagulación de la sangre, y al hacerlo se normaliza la viscosidad sanguínea y se evita la formación de trombos. Por tanto, el ginkgo biloba parece ser un buen cardioprotector.
Fuente: American Journal Clinical Butrition