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26 de octubre de 2008

Sustituir el agua por Coca-Cola en la comida y en la cena "cuesta" 12 kilos al año

La Coca-Cola es un gran invento. Pero está más claro que el agua que comer y cenar con ella puede llevar a un hombre a tener sobrepeso, incluso aunque coma bien.

Es cada vez más frecuente que los nutricionistas se encuentren con hombres que comen correctamente, o casi bien, y que, no obstante, presentan sobrepeso. Algunas veces la causa es un horario tremendamente irregular. Otras, sustituir el agua por Coca-Cola, un hábito bastante extendido.

Por eso, algo tan fácil como dejar de beber Coca-Cola puede ayudarte a perder peso, y lo mismo cabe decir de otros refrescos azucarados. La clave es la cantidad de fórmula secreta que bebes. Por ejemplo, si te bebes una lata de 330 mililitros (ahora, suponemos que por la crisis, han sacado un nuevo formato de 300 mililitros que cuesta lo mismo) en la comida y otra más en la cena estás metiéndote 66 gramos de azúcar o, lo que es lo mismo, 280 calorías diarias.

Si haces una simple operación aritmética y multiplicas esa cantidad por 365 días que tiene un año te salen 102.200 calorías al año, es decir, unos 12 kilos al año, que se dice pronto.

Por esa misma razón, un consejo que vale su peso en oro es sustituir la Coca-Cola por agua y, si quieres, tomarte como mucho una al día (en cuyo caso deberías incrementar tu entrenamiento semanal en una hora). Sale mucho más barato y es más sano. Y eso no significa que los refrescos sean perjudiciales o malos para la salud, sino que como cualquier otro nutriente (aunque en este caso hablamos de calorías vacías...) la gran cantidad de azúcar que contienen (10 gramos por cada 100 mililitros) te lleva a ganar peso cuando los consumes con frecuencia y en grandes cantidades.