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9 de julio de 2013

Ejercicios: No dejes de estabilizar antes de entrenar

Si os fijáis en los primeros días en que alguien pisa un gimnasio observaréis cómo parece que le falte tiempo para probar su destreza y fuerza en un press banca. En caso de que no se de el caso no pasa nada, ya se encuentra en muchas ocasiones el monitor o instructor de sala para solventar esta anomalía. Ya que estamos aquí, intentad recordar el movimiento que realizan. Sin importar el peso utilizado casi en la totalidad de los casos la barra describe un zig-zag que, en el mejor de los casos, a los que estamos observando nos hace temblar cuando no correr para evitar males mayores.

Si observáis el movimiento que realizan los atletas de fuerza entrenados, sobre todo los power-lifters, ya sea en press banca, dominadas, sentadillas, o cualquier otro ejercicio, por mucho peso que utilicen, por muy alta que sea la intensidad, jamás alteran el plano y cada repetición es prácticamente idéntica a la anterior. Esta técnica evidentemente adquirida con la experiencia que facilita el paso del tiempo no sería posible sin un correcto acondicionamiento de la musculatura estabilizadora de la articulación. En este sentido me encanta la frase de Poliquin: “No puedes disparar un cañón desde una canoa”.

El trabajo de esta musculatura suele ser muy precario entre los aficionados al trabajo con pesas, sobre todo entre aquellos que abusan de las mal denominadas máquinas de musculación, reduciéndose en la mayoría de los casos al estímulo que reciben durante los propios ejercicios complejos realizados con peso libre. Debido a que no se trabajan específicamente su evolución es lenta, más lenta al menos que los músculos principales implicados en dichos ejercicios, aumentando consecuentemente el riesgo de lesión conforme vamos progresando y utilizando más peso. Evidentemente, esta nueva clase de gimnasios donde prácticamente la totalidad de maquinaria es de este tipo, relegando las mancuernas y barras a un rincón en el mejor de los casos, no ayuda. Esto se soluciona si empezamos trabajándolos específicamente en situaciones donde su implicación es mayor, como por ejemplo superficies inestables o bien ejercicios específicos para el acondicionamiento de cada uno de estos músculos. No obstante, este tipo de entrenamiento analítico requiere unos conocimientos de biomecánica que pocos practicantes tienen. En cuanto al entrenamiento con plataformas o superficies inestables, personalmente no soy un gran defensor, pero sólo cuando se utilizan como base del entrenamiento. Como accesorio para el trabajo de la musculatura estabilizadora es una gran idea.

A esto debemos añadirle la capacidad de estos músculos para limitar el impulso nervioso que reciben los principales músculos implicados cuando consideran que no van a poder garantizar la integridad del sistema, algo que claramente lastraría nuestra evolución provocando el tan temido estancamiento. Tal y como he dicho muchas veces antes en este blog, el organismo está repleto de mecanismos automáticos fruto de la evolución que intentarán evitar cualquier tipo de daño, ya sea provocado por un elemento externo o autoinfligido. Otra razón más para tener en cuenta este tipo de trabajo.

En caso de que empieces un nuevo entrenamiento, máxime si nunca has trabajado a alta intensidad, mi recomendación es que antes de tocar pesos que supongan un desafío para tu sistema neuromuscular empieces trabajando de esta manera. Puedes hacer una sentadilla sobre bosu con tan sólo tu propio peso, lunges, flexiones de brazos con este mismo accesorio o presses sobre un balón suizo además de una gran variedad de opciones. Si por otro lado, ya estás acostumbrado a este tipo de intensidades, consideras que podrías beneficiarte de este tipo de trabajo, o deseas mantenerlo recuerda hacerlo siempre al final del entrenamiento, nunca antes de un trabajo a alta intensidad donde vayas a necesitar estos músculos. De otra manera estarías fatigándolos antes de necesitarlos para estabilizar la articulación aumentando el riesgo de lesión en lugar de reduciéndolo.