Por muy buen deportista que seas, seguro que estás cometiendo alguno de estos, por eso siempre está bien recordarlos. Hay que conocer al enemigo para poder enfrentarse a él.
1. Sacrificar horas de sueño para hacer deporte. Los deportistas dormimos mejor… porque lo necesitamos más. Si te tienes que levantar temprano para entrenar, seguro que puedes acostarte un ratito antes. Tu salud y tu rendimiento deportivo te lo agradecerán.
2. Concentrarte en una sola parte del cuerpo. Trabajar sólo las piernas si eres corredor, o el abdomen porque te gustaría tonificarlo, crea desequilibrios. Además, solemos potenciar la musculatura que más usamos en nuestro deporte, que es precisamente la que menos potenciación requiere.
3. Hacer siempre lo mismo. Es aburrido, poco estimulante física y mentalmente… y mucho menos saludable. Nuestro cuerpo y nuestro rendimiento se benefician del entrenamiento variado. Los deportistas de resistencia deben entrenar la fuerza al menos un par de veces por semana. Y los aficionados al gimnasio salir a hacer entrenamientos largos de poca intensidad por lo menos los fines de semana.
4. Pasarse o no llegar. Si cometes excesos de intensidad o de volumen es muy probable que llegue el sobreentrenamiento, que te quedes estancado o que no puedas seguir el ritmo previsto en los días siguientes. Huye de los piques y concéntrate en tu objetivo. Por el contrario, si no alcanzas un mínimo, el ejercicio resultará aburrido y poco motivador. Para evitar estos problemas, lo mejor es seguir un plan de entrenamiento.
5. No alimentarte como un deportista. Hay muchos afortunados que nunca engordan o que consideran que si entrenan pueden comer lo que les plazca… se trata de un error, puesto que el objetivo del ejercicio no es sólo mantener la báscula a raya. Durante el entrenamiento se generan toxinas y radicales libres que deben ser neutralizados con una alimentación variada y rica en antioxidantes. También se producen daños estructurales que debemos reparar y es necesario reponer nuestros depósitos de energía de un modo saludable, lo que no se puede conseguir si comemos cualquier cosa. Si quieres rendir, tu alimentación debe ser equilibrada, rica en frutas, verduras, grasas saludables, cereales integrales y proteínas de alto valor biológico.