Ahora tratemos la cuestión de la duración de la sesión de entrenamiento,
que ha de basarse en tus depósitos de combustible muscular y los cuales
no son una fuente inagotable-.
Tus
músculos contienen un almacenamiento de energía química que se
convierte en energía mecánica. Los músculos se contraen y se produce el
movimiento.
Un ejemplo es el combustible almacenado en el
depósito de gasolina de tu coche. Cuando está en marcha, la energía
química de la gasolina se convierte en energía mecánica. El motor
funciona y el vehículo se mueve por la carretera. Cuando se gasta todo
el combustible, el depósito se vacía y el coche se para.
Algo
similar es lo que ocurre dentro de los músculos. Durante el ejercicio,
el depósito de combustible muscular comienza a disminuir al sobrepasar
los 30 minutos; y después de una hora está vacío.
Puedes todavía
ejercitarte cuando tus reservas energéticas están vacías, ya que los
músculos obtienen energía de otras fuentes orgánicas. Pero en este
punto, tus músculos cambian a un modo de resistencia, como el que se
utiliza para controlar tu peso corporal.
El problema es que no
puedes acelerar más, así que no puedes alcanzar el mayor estímulo
muscular. Los músculos están solamente sobreviviendo, pero no crecen. Si
te arriesgas a someterte a un trabajo muscular prolongado, a tus
músculos les llevará días rellenar sus depósitos de combustible.
El
desarrollo muscular es un proceso anaeróbico. El estímulo de
entrenamiento debe ser corto e intenso, no largo y mantenido. Haz lo
necesario para conseguir la respuesta hipertrófica; cuando termines la
tarea, sal del gimnasio, vete a tu casa, descansa y desarróllate.
Para
el crecimiento muscular, el tiempo de la sesión de entrenamiento no
debe exceder de una hora. Idealmente, debe durar, desde que entras y
sales del gimnasio, alrededor de 40-55 minutos.
Recuerda que
después de una hora ya has perdido potencia. Estás sin munición y sigues
disparando al blanco. Sal del gimnasio antes de que sea demasiado
tarde.
Este consejo lo deben seguir especialmente los ectomorfos,
y explica la razón de porqué no cogéis ni un kilo de músculo después de
unas buenas palizas en el gimnasio.
Recuerda, a veces menos es más y menos es mejor.