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9 de marzo de 2010

En el gimnasio para entrenar, dos mejor que uno


No es sólo que la amistad se refuerce si uno trabaja en el gimnasio con otra persona", dice José Fandiño, director del gimnasio Afit Do-Majo
(A Guarda, Pontevedra), "los músculos también lo hacen". Y no le falta razón. Según un estudio realizado por la Arizona State University (EE.UU.), tendemos a levantar más pesos cuando alguien nos observa. Aquí te va una lista de todo lo que debes tener en cuenta cuando hagas press de banca a cuatro manos.

Escoge a un tipo serio

Intenta que vuestras agendas estén sincronizadas. "El primer requisito es que los dos podáis dedicar el mismo tiempo al gimnasio", asegura Fandiño. Y eso no es todo: debéis compartir el mismo objetivo, ya sea perder peso o ganar volumen. "Necesitas a alguien que te empuje, que te motive: desafiarse a uno mismo requiere mucha fuerza de voluntad, pero si se rivaliza con otro, el esfuerzo y el empeño toma otra dimensión".

Supérate

Lo de tener a un compañero no sirve sólo para darte conversación. Su presencia también incrementa la confianza que albergas en ti mismo. "Gracias al apoyo de un compañero conseguirás la suficiente confianza para intentar ejercicios más complejos y con pesos superiores", apunta Fandiño.

Evita lesiones

"Si entrenas solo a la misma intensidad que con un compañero, corres el riesgo de lesionarte". Y es que, gracias a tu compi, podrás llevar a los músculos más allá de los límites normales. "Cuando has llegado al fallo muscular en un ejercicio, con la ayuda de tu acompañante podrás realizar una o dos repeticiones forzadas más, un factor indispensable para el crecimiento muscular".

Comparte

Y hay más ventajas: "las sesiones se hacen más rápidas, entretenidas y cómodas para ambos", opina el director del gimnasio Afit Do-Majo. "Se trata de compartir conocimiento". Trucos, ideas para nuevas rutinas... "Si intercambias experiencias con tu compañero, la progresión será, lógicamente, más rápida". Ya sabes: cuatro brazos levantan el doble. Y dos pares de ojos ven mejor. "Todos cometemos errores de vez en cuando, pero no siempre nos damos cuenta", asegura Fandiño. "La mirada atenta de tu colega será de gran ayuda".