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4 de febrero de 2010

La importancia de las grasas saludables en la dieta deportiva

La grasa, una palabra que a muchos les da repelús solo con escucharla, y es que es uno de los principales enemigos a la hora de conseguir una buena salud y una correcta forma física. En infinidad de ocasiones hemos destacado en Vitónica la importancia de consumir grasas saludables para lograr que el organismo marche bien. A pesar de esto son muchas las personas que siguen dejando de lado las grasas en su dieta, sin saber que son totalmente necesarias y que el cuerpo las necesita, y más aún cuando practicamos deporte.

En lo referente a las grasas existen diferentes catalogaciones y tipos, ya que debemos diferenciar entre las saturadas, las insaturadas y las poliinsaturadas. Las saturadas son las que debemos evitar, pero el resto son necesarias para un correcto funcionamiento celular, y es que son una importante fuerte de energía junto al glucógeno, que es la forma más rápida que el cuerpo tiene de obtener la fuerza necesaria para hacer frente a la actividad.

El proceso de obtención de energía tiene varias fases, y es que lo primero que se consume es el glucógeno, y después se echa mano de las grasas que consumimos. Es importante que tengamos unos niveles adecuados de grasa para evitar que se consuman los tejidos musculares para obtener energía. Este es el principal problema a la hora de dejar de lado la grasa, y es que al practicar actividad física el organismo requiere mucha energía y la obtiene de las reservas que acumula. Si no existen sucede algo que no queremos nadie, y que es la pérdida de masa muscular.

Si llegamos a esta situación conseguiremos un estado de fatiga crónica, y es que al faltarnos la grasa el organismo no tendrá de donde obtener la energía, ya que los tejidos no se consumen con tanta rapidez ni se transforman en energía de inmediato. Esa situación nos impedirá realizar una correcta actividad física, pues nos hace permanecer durante mucho tiempo bajos de energía y sin ganas de afrontar una rutina de entrenamiento.

Para solucionar esto es necesario que ingiramos grasas en nuestra alimentación, pero, eso sí, tienen que ser saludables, para ello debemos dejar de lado los ácidos grasos saturados que no podemos utilizar y que se acumulan en el organismo empeorando nuestra salud a varios niveles, pues significa un empeoramiento del sistema circulatorio además de empeorar nuestro aspecto físico. Si por el contrario echamos mano de grasas más saludables el cuerpo las transformará y aprovechará para mejorar su estado.