El rodillo es un aparato formado por una plataforma y un rodillo móvil que nos permite realizar diferentes movimientos a la hora de entrenar la pierna, por lo que no solo nos servirá para trabajar los abductores, sino que también podremos tocar la cara externa del muslo y parte de los glúteos, aunque nosotros nos vamos a centrar en este caso en los abductores que son los que queremos dejar bien trabajados.
Hay mucha gente que no entiende bien el funcionamiento de esta máquina, pero a pesar de parecer algo complejo es muy sencilla de manejar, y es que simplemente nos debamos colocar sobre la plataforma metálica que tiene y, eso sí, debemos ajustarla acorde con nuestra estatura para que nos sea lo más cómoda posible la realización de este ejercicio. El rodillo también lo debemos regular a nuestra altura. Para la ejecución del ejercicio colocaremos el rodillo en la cara interna del muslo ya que vamos a realizar un movimiento oscilante, es decir, comenzaremos con la pierna abierta de forma lateral y la llevaremos al centro cruzándola por delante de la que está quieta y nos sirve de sujeción. Este movimiento lo debemos realizar con ambas piernas para tocar ambos abductores.
Con la realización de este ejercicio lograremos incidir directamente en la cara interna de las piernas, en la que se encuentran los abductores. Es la mejor manera de aislarlos por completo y hacer que reciban lo que necesitan para desarrollarse. Si cambiamos el movimiento, es decir, si apoyamos el rodillo en la cara externa del muslo y realizamos el movimiento de dentro afuera en vez de al contrario, trabajaremos la cara externa del muslo, una parte que tampoco se entrena en excedo ni de forma directa, y que así trabajaremos junto a los abductores y de forma más indirecta, junto a los glúteos.