Adelgazar no tiene por qué ser un sufrimiento, no hay que hacer dietas extrañas ni dejar de tener vida social. El secreto para perder peso y no volver a ganarlo está en cambiar de vida: empezar a comer bien y a correr. Por Yolanda Vázquez Mazariego.
Muchas personas me piden una dieta para perder peso y a todas las respondo igual: ¿Haces deporte? La mayoría me dicen que no, que lo dejaron cuando empezaron a trabajar, después del primer hijo o que nunca han hecho ejercicio. Esas son mis favoritas, no hay nada más fácil que adelgazar a una persona que no hace ejercicio, no sólo les cambia la talla de ropa, les cambia la vida y esa es la mejor recompensa cuando te pasas la vida haciendo dietas para gente que en el 95% de los casos, abandona la dieta a la semana.
Si quieres perder peso de verdad, sin dejar de comer ni pasar hambre, necesitas aprender a comer bien y empezar a hacer deporte. De todos los deportes que hay, correr es probablemente el más efectivo a la hora de perder peso, pierdes kilos y ganas salud, hasta te cambia el humor. ¿Quién quiere seguir una dieta de moda a base de jamón serrano si puede conseguir un cuerpo serrano sin dejar de comer?
Vuelve a los orígenes de la humanidad. Nunca ha habido tanta grasa en la especia humana. El problema de la obesidad actual está en el sedentarismo y la comida procesada, lo has oído muchas veces y aún así sigues sentado frente al ordenador y a la tv la mayor parte del día y te olvidas de comer 5 piezas de vegetales. No podemos ir contra siglos de progreso tecnológico pero sí podemos usar la mente para cambiar nuestros hábitos de vida. Somos ‘animales pensantes’, como animales nuestro metabolismo está programado para moverse entre 10 y 20 km diarios en busca de comida, cargar entre 10 y 20 kg de peso al día entre alimentos y niños y comer lo que encontremos cada día, guardando el máximo de reservas en forma de grasa por si al día siguiente no hay comida.
La vida actual ha limitado el movimiento al mínimo y ha facilitado la cantidad de comida al máximo. Mucha comodidad es igual a obesidad. Hay que trastocar el orden de una forma inteligente, no es cuestión de volver a sembrar el trigo para hacer pan cada día, el ejercicio es la clave, ha dejado de ser una carga para ser un lujo, y correr será tu lujo para poder disfrutar la gran variedad de alimentos que hay ahora.
El plan tiene 3 etapas, no funciona si no se hacen en orden y se siguen sin saltarse las reglas. Es fácil empieza hoy, pésate y sigue el plan:
Muchas personas me piden una dieta para perder peso y a todas las respondo igual: ¿Haces deporte? La mayoría me dicen que no, que lo dejaron cuando empezaron a trabajar, después del primer hijo o que nunca han hecho ejercicio. Esas son mis favoritas, no hay nada más fácil que adelgazar a una persona que no hace ejercicio, no sólo les cambia la talla de ropa, les cambia la vida y esa es la mejor recompensa cuando te pasas la vida haciendo dietas para gente que en el 95% de los casos, abandona la dieta a la semana.
Si quieres perder peso de verdad, sin dejar de comer ni pasar hambre, necesitas aprender a comer bien y empezar a hacer deporte. De todos los deportes que hay, correr es probablemente el más efectivo a la hora de perder peso, pierdes kilos y ganas salud, hasta te cambia el humor. ¿Quién quiere seguir una dieta de moda a base de jamón serrano si puede conseguir un cuerpo serrano sin dejar de comer?
Vuelve a los orígenes de la humanidad. Nunca ha habido tanta grasa en la especia humana. El problema de la obesidad actual está en el sedentarismo y la comida procesada, lo has oído muchas veces y aún así sigues sentado frente al ordenador y a la tv la mayor parte del día y te olvidas de comer 5 piezas de vegetales. No podemos ir contra siglos de progreso tecnológico pero sí podemos usar la mente para cambiar nuestros hábitos de vida. Somos ‘animales pensantes’, como animales nuestro metabolismo está programado para moverse entre 10 y 20 km diarios en busca de comida, cargar entre 10 y 20 kg de peso al día entre alimentos y niños y comer lo que encontremos cada día, guardando el máximo de reservas en forma de grasa por si al día siguiente no hay comida.
La vida actual ha limitado el movimiento al mínimo y ha facilitado la cantidad de comida al máximo. Mucha comodidad es igual a obesidad. Hay que trastocar el orden de una forma inteligente, no es cuestión de volver a sembrar el trigo para hacer pan cada día, el ejercicio es la clave, ha dejado de ser una carga para ser un lujo, y correr será tu lujo para poder disfrutar la gran variedad de alimentos que hay ahora.
El plan tiene 3 etapas, no funciona si no se hacen en orden y se siguen sin saltarse las reglas. Es fácil empieza hoy, pésate y sigue el plan: