Los abdominales son ejercicios que en mayor o menor medida todos los que practicamos deporte llevamos a cabo. Siempre estamos haciendo hincapié en cómo se deben realizar de manera que evitemos lesiones. A pesar de todo muy pocas veces hemos incidido en las lesiones más habituales que solemos desarrollar al trabajar el abdomen. Por este motivo vamos a reparar en algunas de las que están más a la orden del día para que sepamos la importancia que tiene hacer bien los abdominales y así evitar estas dolencias.
Siempre solemos incidir en la importancia que tiene una correcta realización de los ejercicios abdominales, y es que a la hora de ejecutar estas rutinas pueden verse afectadas algunas partes del cuerpo como la parte lumbar, cervical, inguinal… Por ello es necesario que sepamos las zonas más vulnerables cuando entrenamos los abdominales.
Zona lumbar
Una de las partes que más involucrada está a la hora de trabajar el abdomen es la zona lumbar. En teoría cuando trabajamos los abdominales esta parte no la debemos tocar en ningún momento, pero la realidad es otra, ya que en la mayoría de los casos solemos concentrar la tensión sobre esta parte del cuerpo. Este hecho es el que hace que podamos llegar a desarrollar una lesión en la parte lumbar que puede ser desde un pinzamiento, hasta una lumbalgia, pasando por una hernia discal. Para evitarlo es necesario que realicemos los abdominales de tal manera que mantengamos la espalda lo más recta posible, evitando el arqueamiento excesivo de la parte lumbar, que es el causante de la sobrecarga de esta zona.
Zona cervical
Otra de las partes que corre peligro a la hora de trabajar los abdominales es la zona de las cervicales, ya que muchas veces al realizar los ejercicios solemos arquear la columna en esta parte hacia adentro, puesto que obligamos al cuello a doblarse mediante la mala colocación de las manos. Para evitar esto y prevenir la aparición de distensiones musculares, pinzamientos, tendinitis y otras dolencias, lo que debemos hacer es colocar las manos paralelas a las orejas sin agarrar la cabeza con ellas para así evitar forzarla. Además siempre debemos mirar al frente y evitar doblar el cuello hacia adentro, puesto que la columna debe permanecer lo más recta posible.
Zona inguinal
Otra de las partes afectadas por un mal desarrollo de los ejercicios abdominales suele ser la parte inguinal donde se encuentran algunos músculos como el psoas .Esta zona suele aguantar la tensión en muchos ejercicios, sobre todo en aquellos dirigidos a la parte inferior del abdomen. La mayoría de las veces esto sucede debido a que involucramos a estos músculos en ejercicios en los que no deben intervenir. Al tratarse de músculos pequeños no preparados para aguantar esta tensión podemos llegar a dañarlos. Para evitar que esto suceda es fundamental que concentremos los ejercicios en la parte inferior del abdomen y que a la hora de realizar ejercicios en los que elevamos las piernas nunca sobrepasemos con las rodillas la línea de las caderas.
Es cierto que la mayoría de estas lesiones que tienen lugar por la mala práctica abdominal no se producen al momento y de forma rápida, sino que en casi todos los casos suelen ser producto de una acumulación de malas ejecuciones a lo largo de los años, por lo que si corregimos la realización de los mismos estamos a tiempo de poner remedio a esto.
Siempre solemos incidir en la importancia que tiene una correcta realización de los ejercicios abdominales, y es que a la hora de ejecutar estas rutinas pueden verse afectadas algunas partes del cuerpo como la parte lumbar, cervical, inguinal… Por ello es necesario que sepamos las zonas más vulnerables cuando entrenamos los abdominales.
Zona lumbar
Una de las partes que más involucrada está a la hora de trabajar el abdomen es la zona lumbar. En teoría cuando trabajamos los abdominales esta parte no la debemos tocar en ningún momento, pero la realidad es otra, ya que en la mayoría de los casos solemos concentrar la tensión sobre esta parte del cuerpo. Este hecho es el que hace que podamos llegar a desarrollar una lesión en la parte lumbar que puede ser desde un pinzamiento, hasta una lumbalgia, pasando por una hernia discal. Para evitarlo es necesario que realicemos los abdominales de tal manera que mantengamos la espalda lo más recta posible, evitando el arqueamiento excesivo de la parte lumbar, que es el causante de la sobrecarga de esta zona.
Zona cervical
Otra de las partes que corre peligro a la hora de trabajar los abdominales es la zona de las cervicales, ya que muchas veces al realizar los ejercicios solemos arquear la columna en esta parte hacia adentro, puesto que obligamos al cuello a doblarse mediante la mala colocación de las manos. Para evitar esto y prevenir la aparición de distensiones musculares, pinzamientos, tendinitis y otras dolencias, lo que debemos hacer es colocar las manos paralelas a las orejas sin agarrar la cabeza con ellas para así evitar forzarla. Además siempre debemos mirar al frente y evitar doblar el cuello hacia adentro, puesto que la columna debe permanecer lo más recta posible.
Zona inguinal
Otra de las partes afectadas por un mal desarrollo de los ejercicios abdominales suele ser la parte inguinal donde se encuentran algunos músculos como el psoas .Esta zona suele aguantar la tensión en muchos ejercicios, sobre todo en aquellos dirigidos a la parte inferior del abdomen. La mayoría de las veces esto sucede debido a que involucramos a estos músculos en ejercicios en los que no deben intervenir. Al tratarse de músculos pequeños no preparados para aguantar esta tensión podemos llegar a dañarlos. Para evitar que esto suceda es fundamental que concentremos los ejercicios en la parte inferior del abdomen y que a la hora de realizar ejercicios en los que elevamos las piernas nunca sobrepasemos con las rodillas la línea de las caderas.
Es cierto que la mayoría de estas lesiones que tienen lugar por la mala práctica abdominal no se producen al momento y de forma rápida, sino que en casi todos los casos suelen ser producto de una acumulación de malas ejecuciones a lo largo de los años, por lo que si corregimos la realización de los mismos estamos a tiempo de poner remedio a esto.