A pesar de que la bicicleta involucra mayormente el trabajo de las piernas, algunas otras partes del cuerpo como la espalda o las manos, pueden resultar afectadas si no mantenemos una buena postura corporal y tenemos en cuenta aspectos importantes.
El adormecimiento de las manos mientras pedaleamos, suele producirse como consecuencia del aplastamiento del nervio ulnar que pasa del antebrazo a la mano. Sin embargo, éste adormecimiento molesto que presiona el nervio y no lo deja funcionar correctamente puede evitarse teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
Peso sobre las manos: Si el manubrio está muy bajo o alejado, o la punta del asiento está caída, nos apoyaremos más sobre las manos y el peso a soportar por los brazos será mayor, entonces, puede adormecerse la extremidad superior. Para solucionarlo, es importante elevar el manillar hasta situarlo a la altura correcta y/o acercar el asiento, verificando que éste se dirija hacia el horizonte y no hacia el suelo.
Colocación de las manos: Las muñecas deben reposar con naturalidad sobre el manubrio, pero si éste no tiene buena curvatura o si está mal colocado, no sucederá. Por eso, debemos comprobar que las puntas del manubrio miren hacia atrás y ligeramente hacia arriba o cambiarlo por otro de mayor curvatura.
Absorción de las vibraciones: Los impactos que recibe la mano también pueden afectarla, por eso, es importante que usemos guantes mullidos y con un acolchonamiento bien distribuido para absorber las vibraciones propias de la bicicleta en el terreno. Asimismo, podemos reducir la presión de las ruedas para que éstas absorban los pequeños impactos de mejor manera.
Posición alternada: Variar la posición de las manos en el manillar cuando subimos en cuesta, pedaleamos de pie o transitamos un terreno llano es ideal para evitar el adormecimiento de las mismas que afectan su funcionalidad y movilidad adecuada.
Como podemos ver, no es natural que las manos sufran y se adormezcan mientras pedaleamos, sino que se trata de algunos factores que pueden impactar negativamente sobre las mismas y debemos evitarlos para conservar su perfecta movilidad.
Por Gabriela Gottau para FitnessOnline.com.ar
El adormecimiento de las manos mientras pedaleamos, suele producirse como consecuencia del aplastamiento del nervio ulnar que pasa del antebrazo a la mano. Sin embargo, éste adormecimiento molesto que presiona el nervio y no lo deja funcionar correctamente puede evitarse teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
Peso sobre las manos: Si el manubrio está muy bajo o alejado, o la punta del asiento está caída, nos apoyaremos más sobre las manos y el peso a soportar por los brazos será mayor, entonces, puede adormecerse la extremidad superior. Para solucionarlo, es importante elevar el manillar hasta situarlo a la altura correcta y/o acercar el asiento, verificando que éste se dirija hacia el horizonte y no hacia el suelo.
Colocación de las manos: Las muñecas deben reposar con naturalidad sobre el manubrio, pero si éste no tiene buena curvatura o si está mal colocado, no sucederá. Por eso, debemos comprobar que las puntas del manubrio miren hacia atrás y ligeramente hacia arriba o cambiarlo por otro de mayor curvatura.
Absorción de las vibraciones: Los impactos que recibe la mano también pueden afectarla, por eso, es importante que usemos guantes mullidos y con un acolchonamiento bien distribuido para absorber las vibraciones propias de la bicicleta en el terreno. Asimismo, podemos reducir la presión de las ruedas para que éstas absorban los pequeños impactos de mejor manera.
Posición alternada: Variar la posición de las manos en el manillar cuando subimos en cuesta, pedaleamos de pie o transitamos un terreno llano es ideal para evitar el adormecimiento de las mismas que afectan su funcionalidad y movilidad adecuada.
Como podemos ver, no es natural que las manos sufran y se adormezcan mientras pedaleamos, sino que se trata de algunos factores que pueden impactar negativamente sobre las mismas y debemos evitarlos para conservar su perfecta movilidad.
Por Gabriela Gottau para FitnessOnline.com.ar