Siempre me he preguntado para qué sirve un zumo rico en vitamina C o un lácteo rico en vitamina D. El tema de los alimentos enriquecidos es más marketing que otra cosa. Nos los venden como alimentos milagro que nos van a solucionar enfermedades o mejorar el crecimiento de nuestros hijos, pero nada más lejos de la realidad.
Lo de los zumos es algo curioso, están enriquecidos en vitaminas y minerales cuando se supone que un zumo natural de cualquier fruta tendría más del doble de vitaminas que ofrecen los sucedáneos que nos venden. Ya hemos hablado más veces aqui que conseguir las vitaminas y minerales es tan fácil como comer fruta y hortalizas a diario.
Huevos con omega-3, ¿de verdad son necesarios?, no es tan difícil incorporar un par de piezas de pescado a la semana en nuestra dieta y el omega-3 ya lo tendremos, sin la necesidad de pagar más por un huevo enriquecido.
Y ahora tan de moda en los anuncios de televisión, los yogures ricos en vitamina D y calcio. De por sí el yogur ya tiene calcio y vitamina D, pero si nos ficiese falta más sólo basta con tomar las raciones pertinentes de leche y derivados al día. Es algo así como comprar la leche a precio de oro.
Nos estamos olvidando que con los alimentos que disponemos hoy día y la dieta que solemos seguir es muy difícil tener alguna deficiencia de nutrientes, vitaminas o minerales. En todo caso solemos tener exceso de nutrientes, pero a poca gente hoy día se le diagnostica de una avitaminosis o falta de minerales.
A mi estos alimentos enriquecidos cada día me huelen más a marketing y poco a salud, simplemente son alimentos con algo extra que no suele ser necesario y a un precio mucho más elevado que su original.
Via: vitonica