Así, si estamos trabajando los bíceps, el resto de los órganos no necesitan un mayor flujo sanguíneo, por lo que, éste se dirige hacia los músculos trabajados para favorecer su adecuado trabajo, oxigenarlos y después, colaborar en la eliminación de productos de desecho. Como podemos ver, la congestión muscular es un proceso fundamental para nuestros músculos.
La congestión muscular es un proceso necesario para que los músculos crezcan y se desarrollen, pero por supuesto, no siempre que haya congestión habrá hipertrofia, ya que se necesita de un buen estímulo que empuje al músculo a adaptarse para después crecer. Es decir, se requiere de un adecuado entrenamiento que solicite una respuesta muscular correcta para el crecimiento.
Una vez que tenemos un correcto entrenamiento, la congestión muscular es necesaria para favorecer dicho desarrollo al nutrir los músculos y contribuir a su proceso de reparación que hace posible el crecimiento.
La notable apariencia de músculos hinchados cuando acabamos de entrenar y hasta 30 minutos después, se debe a la congestión del flujo sanguíneo en nuestros músculos. Por eso, este cambio circunstancial debe estar presente en todo proceso de desarrollo muscular para que veamos después, un crecimiento real.