¿Quién no ha visto en su gimnasio a alguna persona con un bastón en la espalda realizando infinidad de rotaciones del torso hacia un lado y otro? Pues esto es sumamente nocivo para una articulación fundamental como lo es la columna vertebral.
Nuestra columna está compuesta por 33 vertebras, separadas por discos de cartílago llamados discos intervertebrales. De estas vértebras, solo las dos primeras "atlas" y "axis" (ubicadas en eu cuello) pueden ejecutar la rotación, mientras que las vertebras cervicales, dorsales y lumbares solo ejecutan la flexión y extensión. Cuando rotamos la columna es un movimiento no natural para estas vertebras, las que llegan a rotar a raíz de una suma de pequeños movimientos que exigen la salud de nuestro discos intervertebrales y de los ligamentos que unen las ´vertebras.
Cuando se realizan rotaciones bruscas muchas veces se argumenta que se quiere trabajar musculatura oblicua de la zona media. Sin embargo el riesgo que se corre es muy alto y precisamente los abdominales y lumbares tienen una exigencia extrema para contener el movimiento y no lastimar la columna.
Si se quiere trabajar abdominales oblicuos, se deberá ejecutar los mismos siguiendo el sentido de las fibras de estos músculos. Esto muchas veces es más que necesario sobre todo en deportistas que se ven exigidos por la dinámica de sus deportes a rotar la columna y deben tener un aparto de sostén fuerte que la contenga.
Pero con seguridad en ningún caso se deberá ejercitar bruscamente con un bastón, queriendo llegar al límite, puesto que no hacemos más que acercarnos a una lesión.
Por eso desechemos las rotaciones de columna. Nuestras vertebras lo agradecerán.
Por David Flier para FitnessOnline.com.ar