Sencillamente, para que el ejercicio dé los resultados esperados debe existir una rutina que se adapte a nuestras posibilidades y, además, una alimentación y descanso suficiente como para que los músculos se recuperen y puedan crecer y rendir más.
Cuando el proceso de recuperación no es adecuado y los entrenamientos son intensos y duraderos, podemos sentirnos fatigados, con bajo rendimiento y con sensación de fatiga constante. Nos encontraremos entonces ante una situación de sobreentrenamiento.
Se podría definir al sobreentrenamiento como un síndrome que se produce como consecuencia de la práctica deportiva intensa y continuada durante largos períodos de tiempo y genera estancamientos, fatiga y bajo rendimiento.
Entre los síntomas que pueden indicar que estamos en sobreentrenamiento se encuentran dolor muscular generalizado, cansancio o fatiga leve pero constante, puede existir pérdida de peso y apetito, menor rendimiento intelectual, reducción de la fuerza muscular e incluso, deterioro físico cuando el sobreentrenamiento es severo.
Este síndrome no sólo es un obstáculo perfectamente evitable en nuestro entrenamiento, sino que puede significar grandes riesgos para la salud, ya que a mayor avance de éste, mayor esfuerzo y más elevado es el riesgo de sufrir lesiones, por ejemplo.
Por eso, para que el entrenamiento permita lograr los objetivos propuestos y brinde todos los beneficios propios de la actividad física, debemos entender que la cantidad no es un indicador de calidad, sino que todos los excesos son malos y que la recuperación es un ingrediente fundamental del entrenamiento que muchos olvidamos.
Para prevenir el sobreentrenamiento es fundamental llevar una dieta acorde al desgaste físico y la actividad realizada, dormir un mínimo de 8 horas diarias, descansar físicamente del entrenamiento, beber suficiente agua, adaptar la rutina de entrenamiento a nuestras posibilidades y no abusar de nuestro cuerpo, realizar una correcta entrada en calor así como ejercicios para estirar y relajar.
Es de gran relevancia que al estrés que implica el esfuerzo físico no agreguemos condiciones estresantes que puedan provocar un sobreentrenamiento del que puede costar mucho recuperarnos, por eso, recuerda las medidas preventivas antes dichas y disfruta al lograr tus objetivos.
Concluyendo, el entrenamiento es el estímulo para que nuestros músculos crezcan y para incrementar el rendimiento gradualmente, pero es durante el descanso y con la alimentación, cuando el crecimiento se hace posible, ya que sin los nutrientes ni el tiempo necesario para adaptarse a dicho estímulo los objetivos no se concretarán.
Por Gabriela Gottau para FitnessOnline.com.ar
Cuando el proceso de recuperación no es adecuado y los entrenamientos son intensos y duraderos, podemos sentirnos fatigados, con bajo rendimiento y con sensación de fatiga constante. Nos encontraremos entonces ante una situación de sobreentrenamiento.
Se podría definir al sobreentrenamiento como un síndrome que se produce como consecuencia de la práctica deportiva intensa y continuada durante largos períodos de tiempo y genera estancamientos, fatiga y bajo rendimiento.
Entre los síntomas que pueden indicar que estamos en sobreentrenamiento se encuentran dolor muscular generalizado, cansancio o fatiga leve pero constante, puede existir pérdida de peso y apetito, menor rendimiento intelectual, reducción de la fuerza muscular e incluso, deterioro físico cuando el sobreentrenamiento es severo.
Este síndrome no sólo es un obstáculo perfectamente evitable en nuestro entrenamiento, sino que puede significar grandes riesgos para la salud, ya que a mayor avance de éste, mayor esfuerzo y más elevado es el riesgo de sufrir lesiones, por ejemplo.
Por eso, para que el entrenamiento permita lograr los objetivos propuestos y brinde todos los beneficios propios de la actividad física, debemos entender que la cantidad no es un indicador de calidad, sino que todos los excesos son malos y que la recuperación es un ingrediente fundamental del entrenamiento que muchos olvidamos.
Para prevenir el sobreentrenamiento es fundamental llevar una dieta acorde al desgaste físico y la actividad realizada, dormir un mínimo de 8 horas diarias, descansar físicamente del entrenamiento, beber suficiente agua, adaptar la rutina de entrenamiento a nuestras posibilidades y no abusar de nuestro cuerpo, realizar una correcta entrada en calor así como ejercicios para estirar y relajar.
Es de gran relevancia que al estrés que implica el esfuerzo físico no agreguemos condiciones estresantes que puedan provocar un sobreentrenamiento del que puede costar mucho recuperarnos, por eso, recuerda las medidas preventivas antes dichas y disfruta al lograr tus objetivos.
Concluyendo, el entrenamiento es el estímulo para que nuestros músculos crezcan y para incrementar el rendimiento gradualmente, pero es durante el descanso y con la alimentación, cuando el crecimiento se hace posible, ya que sin los nutrientes ni el tiempo necesario para adaptarse a dicho estímulo los objetivos no se concretarán.
Por Gabriela Gottau para FitnessOnline.com.ar