De todas las recomendaciones, sería justo decir que todas ellas conforman lo que entendemos conceptualmente como una vida saludable. Alimentarse sanamente, descansar, hacer yoga o hacer ejercicios son algunas de ellas. Sin embargo, también es justo decir que ninguna es una panacea.Focalicemos la atención especialmente en una de ellas, el ejercicio, lugar común en nuestro blog pero que puede llegar a jugar un efecto contrario al que suele jugar si lo realizas de forma indebida. De hecho, no siempre es bueno hacer ejercicios, y hoy te contamos cuáles son esas ocasiones en las que debes saltearte tu programa de ejercicios.
En estas épocas de cambio de clima es común que los resfriados levanten campamento en tus narices, cuando no se transforman en gripes. Aquí tu cuerpo está trabajando más de la cuenta para combatir el virus, y hacer ejercicios puede resultar un esfuerzo insoportable para tu organismo. Si te sientes decaído y los mocos no te dejan respirar, tómate el día libre.
Otros dolores tampoco juegan a favor de que realices tus ejercicios. Un dolor de panza puede convertirse en un malestar estomacal muy doloroso si sales a correr con él, y un dolor de cabeza puede convertirse en un puñal directo a tu cerebro si lo acompañas de abdominales.
Finalmente, cuando ya son las nueve de la noche y estuviste todo el día trabajando y llegas a tu casa exhausto, ¡por favor olvídate de ir al gimnasio! Si vas no harás más que sobre exigirte, no dormirás bien y mañana estarás literalmente destrozado.
Via: vivirsalud