Un interesante reportaje con el siete veces ganador del Tour de France Lance Armstrong. El ciclista estadounidense, que ha decidido volver a la ruta después de haber anunciado su retirada hace tres años, está ahora pasando por un mal momento, tras la caída que sufrió en la Vuelta a Castilla y León y que le ha causado una fractura de clavícula. Esta fractura pone en peligro su participación en el próximo Giro de Italia.
La mayor innovación que aportó Lance a los deportes de resistencia fue la noción de planificar el entrenamiento alrededor del umbral de lactato, definido como la mayor intensidad a la que tus músculos pueden reciclar el ácido láctico al mismo ritmo al que se produce. Eso es esencial, porque en cuanto empieza a acumularse el ácido láctico, tu rendimiento empieza a descender en picado. "Si no estableces cuál es tu umbral, siempre irás demasiado rápido los días que estés bien y demasiado lento los días más duros", afirma Ken Mierke, fisiólogo del ejercicio de Annapolis (Maryland, EE.UU.), entrenador de tres triatletas campeones del mundo.
Para determinar cuál es tu umbral de lactato, fíjate en cuál es el ritmo más rápido que puedes mantener hasta el final durante una carrera (para los tipos en una forma excelente, Mierke recomienda una prueba de 75 minutos; si no es tu caso, pruébalo con la mayor distancia que te permita acabar con fuerza). Una vez has establecido tu línea roja, ve haciendo rotaciones en tus programas con tramos largos y fáciles a ritmo estable justo por debajo del umbral e intervalos de velocidad justo por encima. "No puede ser más sencillo. Si tu ritmo de carrera es de 5 minutos por kilómetro, tendrás que hacer la mayor parte de tu entrenamiento en 5,15 minutos", comenta Mierke. Antes de que te des cuenta, 5 minutos te parecerá fácil".