La genética suele ser el argumento más utilizado por las personas que acudimos al gimnasio y vemos que nuestros músculos no se desarrollan como nosotros queremos. Sí que es cierto que la predisposición genética tiene mucho que ver, pero en la mayoría de los casos el error es la ejecución incorrecta de los ejercicios. Esta situación suele darse con una parte del cuerpo que nos trae a vueltas en la mayoría de los casos, se trata de los gemelos. Todos sabemos que unas pantorrillas bien desarrolladas son más estéticas y además nos ayudan a tener más fuerza en las piernas. Pero en la mayoría de los casos no las entrenamos adecuadamente, las dejamos para el final y apenas las trabajamos. Por eso vamos a ver una manera diferente de entrenar, y es que lograremos incidir en la totalidad del gemelo simplemente colocando las puntas de los pies de tres maneras diferentes.
Los gemelos es como se conoce popularmente a los músculos gastrocnemios que se encuentran en la parte inferior de la pierna y a pesar de ser un músculo en sí está diferenciado en varias partes, la interna, media y la externa. Ambas tienen diferentes funciones, por lo que el trabajo de éstas tiene que ser diferente para incidir en todas las zonas de los gemelos y lograr que se desarrollen en su totalidad.
Los ejercicios habituales para trabajar el gemelo suelen incidir en la zona media del músculo, dejando de lado la cara interna y externa. Estos ejercicios solemos realizarlos con las puntas de los pies colocadas de forma paralela y alineada con el resto de la pierna. Trabajando de esta manera obtendremos resultados, pero en ningún caso conseguiremos tocar todas las partes del gemelo.
Una buena forma de lograr incidir con el ejercicio en todas las partes del músculo pasa por realizar un sencillo movimiento de las puntas para desviar el empuje a una u otra parte del músculo. Los ejercicios más habituales colocan las puntas rectas, paralelas entre sí y alineadas a las piernas. Si las colocamos inclinadas hacia adentro, de forma que las puntas estén enfrentadas, incidiremos en la parte externa del gemelo.
Para trabajar la parte interna del gemelo, que normalmente es en la que menos incidimos a la hora de entrenar, simplemente tenemos que colocar las puntas de los pies hacia afuera, de modo que los talones queden casi pegando. De esta manera desviaremos todo el empuje del ejercicio a esta zona del gemelo. Hay que tener en cuenta que las puntas tienen que estar fijas y que tenemos que levantar el peso con el gemelo para así trabajar a conciencia el músculo.
Es importante que trabajemos de esta forma los gemelos para así conseguir un desarrollo uniforme y general de todas las partes que componen uno de los músculos que más quebraderos de cabeza nos dan, y que puede crecer siempre y cuando le prestemos el interés que requiere.
Via vitonica