La tentación está ahí: llegas a casa cansado, pelas un plátano, una manzana y, tal vez, una pera... y la cena ya está lista. Sin embargo, no sueñes con eliminar así tus depósitos de grasa. Eso sólo lo vas a lograr haciendo ejercicio y, en todo caso, llevando a largo plazo (y no sólo unos cuantos días) una alimentación equilibrada, que incluya "desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo". Ya sabes: verdura, pescado o cualquier plato ligero... dos horas antes de irte a la cama.
Si analizas las frutas, te darás cuenta de que tienen una composición nutritiva muy especifica: son abundantes en agua y fibra, ricas en vitaminas (A, C, ácido fólico) y de minerales como el potasio y el magnesio. Sin embargo, no dejan de ser un "postre", lo que significa que si apuestas por ellas en la cena dejas de tomar otros grupos de alimentos que tu cuerpo necesita, por ejemplo, para crear tejido muscular, algo que no consiguen las frutas.
Es decir, si sólo consumes frutas, te faltarán otros nutrientes esenciales, por ejemplo, las grasas y las proteínas. Por otro lado, las frutas contienen de manera natural azúcar en su composición, por lo que un exceso de éstas (más de 3 o 4 porciones por día) puede ocasionar un desequilibrio en nuestra dieta que lejos de favorecernos, alterará el organismo. Es decir, y te contestamos a otra pregunta, la fruta engorda, como cualquier cosa que tenga calorías, del mismo modo que no es malo comer fruta por la noche.
Eso sí, las frutas son muy buenas para los personas que retienen demasiados líquidos (en este caso muy concreto si que pueden contribuir a adelgazar), ya que ayudan a orinar mucho más, por lo que eliminas más sustancias de desecho (pero no grasa). Por lo demás, consumir frutas de forma regular te ayudará, además de a depurar el organismo, a tener la cabeza más despejada y el cuerpo, en particular las piernas, más ligeras y menos pesadas. Es decir, la circulación sanguínea y fortalecerás las arterias y venas.
En resumen, siempre deberías cenar una fruta, pero de postre. Todo lo demás es un milagro. Si es lo que quieres, vete al gimnasio porque es donde más milagros se producen.